CANCÚN.- Las diferentes playas de Cancún fueron sede de festejo en el Día del Niño. Contrastantes paraísos en el mar del Caribe sin importar el nombre de la playa: “El Mirador”, “Tortuga” o “El niño”.
Grupos de “Boy Scouts” organizaron su tiempo de diversión en la playa “Mirador”. Separaron la basura inorgánica de la orgánica para depositarla en los botes metálicos, volaron sus papalotes que ellos mismos hicieron con un mes de anticipación, lanzaron el ovoide de futbol americano sin acercarse al agua para no mojar los uniformes, comieron de los guisos que prepararon sus padres para el convivio, a algunos les tocó repetir platillo por juntar más basura al principio de la jornada, y después de reposar el desayuno volvieron a juntar todos los objetos de plástico en bolsas para dejar limpia la playa.
Más tarde, los 30 niños fueron a una fiesta de la sección 4 “Tan Tan Chin de Boys Scouts” y para finalizar su día asistieron al estadio de beisbol “Beto Ávila”.
Alberca
“¡Una alberca gigante… imagina todas las aventuras, hermano!”, dijo un niño al jalar del brazo a su compañero de juegos en la entrada de la playa “Tortuga”, donde el encargado de muelle, Juan Pablo Martínez registró ayer a 461 personas, cuenta que al menos la tercera parte fueron niños, quienes disfrutaron de la arena blanca y agua cristalina de la zona hotelera de Cancún.
Vendedores ambulantes de raspados en cada entrada de la playa del “Niño” saciaron la sed de los niños que pedían a gritos a sus padres más chamoy sobre el dulce de mango. Castillos de arena oscura que no permanecieron mucho tiempo intactos, y no por las olas sino porque los niños tiraban las obras de arte al sonido de “tú las traes” del famoso juego: las atrapadas.
Las playeras de tirantes de los niños terminaron descoloradas por la sal y holgadas por el agua del mar. Con la puesta de sol, los empleados de los restaurantes aledaños a la playa vieron como poco a poco se iban los, aproximadamente, 400 niños que estimó en su conteo el jefe de protección civil, René Rodríguez.