CANCÚN.- Los ríos subterráneos llamados cenotes en la Península de Yucatán han captado de tal forma la atención de los científicos, que ese tipo de formaciones geológicas se han convertido en las más estudiadas del mundo en el estado.

No hay un censo preciso, pero lo que sí es cierto es que los conocidos han sido estudiados desde hace muchos años, y con mayor intensidad a partir de 1988.

Los cenotes ubicados en Quintana Roo han sido objeto de investigaciones por parte de expertos nacionales y extranjeros.

Los investigadores Eduardo Suárez Morales y Evelia Rivera Arriaga, ambos de la Sociedad Mexicana de Historia Natural, han hecho un recuento de lo documentado, hallando datos importantes.

Uno de ellos hace referencia a la cantidad de crustáceos encontrados en estos sitios, ya que hasta el momento han detectado 45 especies en la Península de Yucatán, de los cuales 25 están en Quintana Roo.

Dentro de las investigaciones más recientes se ubica la que realizan la asociación Amigos de Sian Ka’an en coordinación con el Servicio Geológico de Austria (SGA) y la Universidad Técnica de Dinamarca (UTD), misma que trata de recopilar datos sobre las líneas de ríos subterráneos que hay en la zona.

Actualmente se conoce que esta línea mide cerca de mil kilómetros y con esta cifra se convierte en una de las más largas, además de profundas de todo el mundo.

Indagaciones y líneas de investigación

Los investigadores de la Sociedad Mexicana de Historia Natural han expuesto que la fauna acuática marina peninsular es la más conocida desde1970, pero  la fauna que habita en los cuerpos de agua como cenotes, cavernas y ríos subterráneos, hay menos estudios.

Algunas de las indagaciones que se iniciaron en 1990 no cuentan con seguimiento, pero cada vez surgen más líneas de investigación, ya que centran temas relacionados con la influencia humana, el turismo y la contaminación, entre otros, comentaron.

Hasta el momento, los cenotes que han sido descubiertos están en su mayoría en la selva y tienen conexión unos con otros.

Una minoría se ubica a unos tres kilómetros de la línea de costa, y en ellos se detecta agua dulce y marina mezclada de manera más o menos homogénea y la fauna es distinta.