MÉRIDA.- Varias personas denuncian que Adelaida Salas, quien se dice una activista preocupada por los derechos de la mujer, lo único que hace es “bajar” recursos del gobierno, por medio de sus asociaciones civiles fantasma, que no hacen nada ni sirven para nada
Ha logrado mantenerse rodeada de cierto número de personas, segundones a quienes usa como comparsa, empleando sus conocimientos de psicología para atacar sus debilidades y, tras hacerlas sentirse menos, usarlas.
Según nuestras fuentes, utiliza a las mujeres que han sido víctimas de violencia, en su condición de vulnerabilidad e indefensión y a la gente humilde, en sus carencias. Su estrategia es simplemente sembrar una idea en su mente: Eres poco, eres débil… por tanto me necesitas.
La realidad es que Salas no representa a ningún sector, aunque se autoproclama vocera de las mujeres pobres y maltratadas, de las causas justas, pero al final del día sólo busca los reflectores y está sola.
Prueba de ello es que fue repudiada en meses pasados en los eventos que con motivo del centenario del Congreso Feminista se realizaron en el Olimpo, de los cuales salió llorando debido a que no fue parte del programa.
“Las mismas feministas de la localidad no comparten la forma de “trabajar” y el discurso radical, trivial y excluyente de Adelaida, quien sataniza a los hombres y hace que la causa desagrade incluso a las propias mujeres”, indica otra de las entrevistadas.
Finalmente, nuestros informantes aseguran que gente de UNASSE cree que Adelaida es radical, de modo que, si de verdad trata de ayudar a las mujeres, debería de hacer una pausa y reevaluar su estrategia, que hasta ahora sólo se basa en “promover el lenguaje de género”, esto es, cuando alguien dice ellos Adelaida completa “y ellas”.