TIZIMÍN, Yucatán, jueves 21/08/25.- Mientras el alcalde Adrián “CaraBobo” Quiroz Osorio gasta a manos llenas dinero de la Comuna, y ya compró un rancho de $4 millones, una Toyota de $1.6, caballos pura sangre y motonetas, NO hay dinero para la gasolina de las patrullas.

En consecuencia, NO hay vigilancia policiaca y los ladrones hacen de las suyas a plena luz del día, coludidos con los mandos policíacos, que hacen faramalla para tratar de engañar a la gente de que persiguen a los ladrones, pero en realidad no han atrapado a ninguno, ni los atraparán.

De acuerdo con varios ciudadanos, la crisis que arrastra el Ayuntamiento de Tizimín desde el inicio de la actual administración, ya no sólo afecta los servicios públicos, ahora también ha tocado de lleno a la seguridad y el costo lo pagan los ciudadanos, que viven en carne propia el alarmante repunte de la delincuencia, mientras la corporación policiaca se mantiene prácticamente paralizada.

Nuestro fiel y veraz informante informa que durante este primer año de gestión, los policías municipales han tenido que “peregrinar” para cumplir con sus funciones, pues el suministro de combustible para patrullas y demás vehículos está limitado o llega con retrasos, debido a que no hay recursos para pagar al proveedor, según revelaron fuentes internas.

Las contadas patrullas apenas circulan en la ciudad y en muchos casos solo se utilizan las motocicletas por su bajo consumo.

Mi Grillo, el resultado de la ineptitud del “Carabobo” Quiroz Osorio es una ola de robos de motocicletas que tiene en jaque a todo Tizimín, en los últimos meses, el hurto de motos se ha vuelto casi cotidiano, con delincuentes que operan a plena luz del día y con total impunidad.

CIRCO DEL CARABOBO: Y para colmo, el supuesto “operativo relámpago” que se hizo hace apenas dos días por la corporación, con patrullas, sirenas y todo un espectáculo mediático, no fue más que un circo armado para intentar maquillar la inacción. Hasta el momento no se ha dado con los verdaderos responsables de los atracos.

De acuerdo con nuestro entrevistado, los altos mandos saben perfectamente quiénes integran esta banda y los delincuentes se roban las motos como si se tratara de dulces en una tienda.

La inseguridad avanza y la autoridad se limita a simular, mientras “CaraBobo” se sigue enriqueciendo y compra nuevas propiedades en Tizimín y Mérida: camionetas de lujo, motonetas para cada uno de sus hijos y hasta caballos pura sangre lo que tanto crítico de su papá político Pedro Couoh, quien nació ranchero y siempre había tenido ranchos y caballos.