MÉRIDA, Yucatán, jueves 12/06/2025.- Acostumbrado a ganar dinero y propiedades a la mala, esta vez Rodolfo Rosas Moya perdió un litigio y le quitaron los hoteles Mayaland y The Lodge, porque no le pagó lo acordado a Fernando Eugenio Barbachano Herrero.
Lo peor para este sujeto, cuyos hijos se apropiaron de tierras de Progreso en contubernio con varios alcaldes entre ellos Enrique Magadán y María Ester Alonso Morales, es que deberá devolver todo el dinero que obtuvo desde 2022 cuando se apropió de ambos hoteles, de modo que se piensa que puede sustraerse de la justicia.

LA CONCLUSIÓN: Luego que por medio de la fuerza pública le devolvieron al empresario Barbachano Herrero la posesión de los hoteles Mayaland y The Lodge, su contraparte yucateco Rodolfo Rosas Moya sufrió severo revés, tras prolongada batalla legal que se definió hace un par de meses en un juzgado federal de Quintana Roo.
LA HISTORIA: En febrero del 2022, la Fiscalía General del Estado, en coordinación con su homóloga de Quintana Roo, embargó el hotel Mayaland y confiscó propiedades de Fernando Barbachano, en su carácter de usufructuario de los predios y de apoderado de sus hijos, denunciado por los delitos de fraude y despojo por Rosas Moya, quien NO pagó e incumplió el contrato, pero quiso quedarse con las propiedades sin pagar un saldo por ellas.
Después, en cumplimiento de una solicitud de colaboración de parte de la Fiscalía General del Estado de Quintana Roo, personal de la Fiscalía General del Estado de Yucatán hizo una diligencia en un hotel ubicado en la localidad de Pisté, en el municipio de Tinum. La solicitud de la autoridad ministerial de Quintana Roo requería el aseguramiento del inmueble.
Enseguida, la Fiscalía de Yucatán realizó la diligencia, que consistió únicamente en la colocación de sellos en las inmediaciones del inmueble, sin impedir la entrada o salida de inquilinos o trabajadores.
Posteriormente, se entregó de manera irregular la administración de los hoteles arriba citados a un tercero, para que los maneje, cosa que ocurrió y que ahora podría complicar la situación de las autoridades que lo permitieron, pues habría que correr un inventario minucioso de los bienes y activos que se obtuvieron durante ese lapso de tiempo.
EL PRINCIPIO: Este conflicto comenzó en 2020, cuando Fernando Barbachano le vendió a Rodolfo Rosas el complejo hotelero Mayaland, ubicado dentro de las ruinas de Chichén Itzá, en 10 millones de dólares, mediante un contrato de promesa de compraventa que incluía una garantía de arras de 500 mil dólares y un anticipo de 4.5 millones de dólares al momento de la firma y entrega de la posesión y operación del hotel.

También se consideraron 1.5 millones de dólares dentro de los 60 días posteriores, y un último pago de 4 millones de dólares al momento de la formalización en escritura pública, con la salvedad que los dos pagos finales tendrían que ser transferidos a la cuenta bancaria, que en forma posterior fuera designada por Fernando Barbachano, ya que tenía que ponerse de acuerdo con sus hijos copropietarios John Patrick y Carolina María Barbachano Perschbacher, propietarios que viven en Estados Unidos, por ser parte de su patrimonio estipulado como herencia.
LA MALA LECHE DE ROSAS MOYA: En abril del 2021 Rosas Moya le pagó a Eugenio Barbachano los primeros 4.5 millones de dólares y a cambio le entregaron la posesión y operación del hotel Mayaland, enclavado en el área de las pirámides de Chichén Itzá.
Todo pareció normal; sin embargo, cuando tocaba el segundo pago de 1.5 millones de dólares, Fernando Barbachano, estaba en Estados Unidos con sus hijos y por motivo de la pandemia, Rosas Moya no cumplió con su parte del contrato y cortó toda comunicación.
Un día después de vencida la fecha de entrega del segundo pago, Fernando Barbachano le manifestó, que como no recibió el último pago, el anticipo de 4.5 millones de dólares lo aplicaría como pena y la operación de compraventa quedaba rescindida.
Sin embargo, Eugenio Barbachano le ordenó a sus guardias de seguridad que desalojaran del hotel a la gente de Rosas Moya, quien tenía la posesión y operación de los inmuebles.
Esto ocasionó que Rosas Moya acudiera a denunciar el ilícito ante las autoridades de la Fiscalía del Estado de Quintana Roo, por el delito de fraude y despojo, y a requerir la devolución de su dinero por la vía mercantil.
BATALLA LEGAL: Eso creó una batalla legal, que iba y venía de Quintana Roo a Yucatán, con todo tipo de autoridades, hasta que se definió por completo este miércoles con la devolución de los inmuebles al vendedor.
Rodolfo Rosas Moya funge como presidente de la compañía Inmobiliaria R4, S.A de C.V., firmó un contrato de promesa de compraventa de dos hoteles con Barbachano, en su carácter de usufructuario de los predios y de apoderado de sus hijos John Patrick y Carolina María.
FALLÓ SU ARGUCIA: Para tratar de quedarse con ambos hoteles, Rosas Moya dijo que el último pago por 1.5 millones de dólares, que debía hacer para completar el adelanto estipulado, Barbachano Herrero no se lo quiso aceptar.