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MÉRIDA.- En la recta final de las campañas, ya los diversos contendientes saben cómo les va y si tienen posibilidades de ganar, de modo que los que se sienten perdidos realizan actos “desesperados” para tratar de levantar su imagen y elevar sus posibilidades de ganar, como lo hacen ahora Mauricio Vila Dosal, José Castillo Ruz y Mario Peniche Cárdenas, entre otros.
En el caso de los candidatos de Valladolid y de Umán, quienes buscan repetir como alcaldes, sus campañas no levantan y tienen la sería amenaza de ser derrotados, de modo que el PRI organizó el miércoles de esta semana una visita de su líder nacional César Camacho Quiroz en esas localidades, a fin de tratar de darles a sus candidatos un buen impulso.
Valladolid y Umán son dos de los 10 municipios más grandes del estado, de modo que revisten importancia y ambos están gobernados por el PRI. Sin embargo, en ambos la designación de los candidatos fue polémica, debido a que no son bien vistos.
En Umán José Castillo trata de repetir en el cargo de alcalde, pero es acusado de haber realizado un mal trabajo en su administración, de modo que su designación como candidato dividió al PRI y creó malestar entre los ciudadanos. Además, a muchos umanenses no les gustó la designación porque de alcalde José saltó a diputado local y ahora intenta ser alcalde de nuevo.
Se dice que el candidato del PAN, Freddy Ruz Guzmán, tiene buena ventaja sobre el abanderado del PRI y que el panistas día a día gana la simpatía de los ciudadanos.
En Valladolid, Mario Peniche terminó su administración municipal en medio de varios escándalos, entre los que destaca que dejó a su esposa y se fue a vivir con la esposa del que era el tesorero de la Comuna, actitud que no perdona una muy buena parte de la sociedad vallisoletana.
Además, los partidos que contienden por la alcaldía –PRD, PAN, Morena, Movimiento Ciudadano y el PT- crearon un frente común para evitar el triunfo del ahijado de Liborio Vidal Aguilar, candidato a diputado por el Distrito I federal. En las redes sociales mucha gente le dice a Liborio que lo van a apoyar, pero no lo harán con Mario.
En el caso de Vila Dosal, abanderado del PAN, luego que su campaña para que lo conozcan no llegó al 50% y después de que cometió muchos errores, entre ellos usar como bandera el transporte, no lo elevaron, ahora recurre a varias estrategias incluida la guerra sucia, para tratar de ganar.
Además, según publicamos, la Comuna obliga a trabajadores municipales a colocarse camiseta de Vila y los llevan a acompañar al abanderado panista, para engrosar los lugares en donde realizan proselitismo, en horas de trabajo.
Como nunca antes visto, ex alcaldes panistas entraron al quite para tratar de levantar al alicaído Vila: el miedo no anda en burro, dice viejo y conocido refrán, y los panistas están sobrepasando el miedo y llegan casi al pavor.
No hay nada definitivo, pero esas pequeñas muestras de desesperación de Vila en Mérida, y del PRI en Valladolid y Umán son claros indicios de por dónde hay preocupación y por dónde va bien la cosa.