CENOTILLO, Yucatán, sábado 03/05/25.- (JAC) José González, (a) “El Zorro”, director de noticias de El Sol de Yucatán es más carroñero que astuto y ha convertido su medio en una máquina de plagio sistemático, pirateando notas ajenas.
SIN CRÉDITO, SIN PUDOR, SIN DECENCIA: El caso más reciente, y uno de los más indignantes, ocurrió el martes 29 de abril, cuando El Sol publicó como propia una exclusiva de Grupo Sore sobre la caza furtiva del secretario municipal de Cenotillo, Pedro Fuentes Noh, apenas un día después de que el original viera la luz el lunes 28 de abril.
El modus operandi de González es tan burdo como efectivo: Saquear notas exclusivas de medios locales, revolverlas con un par de sinónimos y presentarlas como producto de su redacción.

La nota sobre Cenotillo, que denunciaba la cacería ilegal de especies protegidas de parte de un funcionario público, no fue un hallazgo de El Sol, fue un robo descarado de un trabajo que requirió fuentes, investigación y riesgo.
Pero para “El Zorro”, el esfuerzo ajeno es solo materia prima para su chantaje, porque no nos equivoquemos: el plagio no es un fin, es un medio, ya que las notas robadas son la moneda de cambio para extorsionar municipios con el infame “chayote”, esa práctica rancia donde el periodismo se troca por sobornos disfrazados de publicidad.
DA NOTICIAS ROBADAS: El periodismo yucateco, alguna vez un bastión de crónica y análisis, se desangra en manos de hienas como González. El Sol de Yucatán, lejos de ser un faro de información, es un bazar de noticias de segunda mano, donde la originalidad es un lujo que nadie se molesta en pagar.
Las exclusivas, esas que nacen del sudor de reporteros que aún creen en el oficio, son devoradas por este sistema voraz que no distingue entre ética y oportunismo ‘Fusilar’ notas no es periodismo; es pillaje. Y González, con su alias de pacotilla, no es un zorro, sino un parásito que engorda a costa del trabajo ajeno.
La ironía es que este latrocinio ocurre en un contexto donde las redes sociales han dinamitado el concepto de exclusividad. En plataformas como X, una nota vuela en minutos, compartida, comentada, diseccionada.
CALIDAD ANTES QUE PRIMICIA: La primicia ya no es un trofeo, es un punto de partida. Lo que distingue a un medio serio no es tener la noticia primero, sino contarla mejor, con rigor, con perspectiva, con voz propia.
Pero El Sol no tiene voz, tiene un eco, y uno robado: Su incapacidad para crear contenido original no solo es una afrenta al lector, sino una sentencia de muerte en un mundo donde la relevancia se gana con ideas, no con copia y pega.
UN CASO MÁS: El caso de Cenotillo es parte de un patrón que incluye otras “hazañas” de González, como el robo de notas sobre escándalos políticos o negociaciones turbias, siempre con el mismo fin: presionar a autoridades locales para llenar las arcas del medio.
Este “chayote” moderno no solo corrompe el periodismo, sino que erosiona la confianza pública. Cuando un lector descubre que la nota “exclusiva” de El Sol es un refrito, no solo desconfía del medio; desconfía de todo el gremio. Y en un estado como Yucatán, donde la información es clave para exigir rendición de cuentas, esa desconfianza es un lujo que no podemos permitirnos.
EXIGEN RESPETO: Es hora de que el periodismo yucateco se mire al espejo y decida si quiere seguir siendo un mercado de pulgas o recuperar su dignidad. Los medios que aún apuestan por la investigación, como Grupo Sore, merecen respeto, no saqueo.
Y los lectores merecen la verdad, no refritos mal maquillados. A José González, “El Zorro”, le decimos: el periodismo no es un juego de piratas. Si quieres jugar al reportero, haz el trabajo. Investiga, escribe, arriesga. O, al menos, ten la mínima decencia de citar a quien sí lo hizo.
Porque mientras sigas viviendo del sudor ajeno, no serás más que un “chayotero” con un teclado, y el periodismo yucateco, un cadáver que tú ayudaste a enterrar.