MÉRIDA, Yucatán, miércoles 23/10/2024.- (por JAC) La trayectoria política de Karla Paola Medina es un claro ejemplo de cómo en Yucatán, los favores y el apadrinamiento pesan más que el mérito o la capacidad.

No estamos hablando de una figura política que haya logrado sus cargos gracias a un trabajo honesto o a un compromiso genuino con los ciudadanos; estamos frente a una “protegida” del sistema de favores que supo aprovechar muy bien su relación con Jorge Carlos Ramírez Marín y ahora aprovecha la de Clemente Escalante Clemente Alcocer Escalante y de Joaquín #HuachoTuzquep Díaz Mena, gobernador de Yucatán.

Paola Medina se ha paseado por distintos escenarios, cambiando de partido como quien cambia de ropa, buscando siempre el acomodo más conveniente. Desde su candidatura a la presidencia municipal de Mérida hasta su elección como diputada federal por Movimiento Ciudadano (MC), ha dejado en claro que su interés no está en servir a los ciudadanos, sino en mantenerse en el poder a cualquier costo, aunque tenga que saltar de un padrino político a otro.

Su vinculación con el Festival Internacional de Cine de Mérida y Yucatán (FICMY) en 2017 es solo uno de los ejemplos más vergonzosos de cómo ha utilizado los recursos públicos no para promover la cultura, sino para proyectar su imagen personal.

Su padrino político, Ramírez Marín, movió las piezas para que el festival recibiera jugosos recursos del estado y de la federación, no por el valor cultural del evento, sino por el beneficio político que podría sacar Karla Paola. Sin embargo, con el tiempo, el festival fue perdiendo apoyo, reflejando la pérdida de credibilidad tanto del evento como de su promotora.

Pero el punto más oscuro de su carrera llegó cuando, tras la renuncia de Ramírez Marín a su candidatura por Morena en favor de Joaquín “Huacho” Díaz, Paola Medina fue recompensada con un puesto a la medida: Asesora de Comercialización, Proyectos y Turismo Cultural del Patronato Cultura. Un puesto inventado que deja en evidencia cómo el sistema premia la lealtad política por encima del servicio público.

¿Qué méritos tiene Karla Paola para ocupar este puesto? Ninguno. Su carrera se ha sostenido únicamente por sus padrinos políticos y las relaciones personales que ha cultivado en los pasillos del poder. En lugar de trabajar por los intereses de los yucatecos, ha utilizado su influencia para obtener cargos improvisados y vivir del erario público.

Es un secreto a voces que ahora su relación con Clemente Escalante, creador del puesto que hoy ocupa, le ha abierto aún más puertas. Esta cercanía ha permitido que siga cosechando beneficios personales, dejando claro que su único interés es mantenerse en la cima del oportunismo político.

Karla Paola Medina no representa los valores de Yucatán ni de su gente. Es el reflejo de lo peor de la política: el favoritismo, la ambición desmedida y la manipulación. Los ciudadanos merecen mucho más que figuras como ella, que utilizan sus cargos para obtener brillo personal en lugar de trabajar por el bien común. (JAC)