CHELEM.- Con la bajada de la imagen y la entrega a los custodios, el martes pasado comenzó la tradicional fiesta anual de la Virgen de la Medalla Milagrosa de la comunidad, que recorrerá las cuatro zonas parroquiales.
Antes de la bajada, a las 8:30 de la noche, el párroco Gabriel Arcángel Us Calvillo, acompañado del diácono permanente Víctor Valle Aguilar, ofició una misa a la que asistieron numerosos feligreses y representantes de los gremios que participan en la fiesta, que finalizará el miércoles 27 con una ceremonia eucarística y un paseo en la ría a bordo de lanchas, con la venerada imagen de la Medalla Milagrosa y los santos patronos de otras comunidades que pertenecen a la parroquia.
Este año se conmemora el 107 aniversario de la llegada a Chelem de la Virgen de la Medalla Milagrosa y durante esta semana visitará las zonas parroquiales, donde habrá misas.
El párroco, Gabriel Us explicó que la bajada de la venerada imagen enmarca el inicio de los festejos en los centros pastorales que forman la parroquia.
La llegada de la Medalla Milagrosa a los Centros Pastorales es una tradición que permite a los feligreses tener cerca de sus hogares a la virgen, para que pidan a través de sus oraciones por la paz y la armonía para sus familias y su comunidad, precisó el párroco.
El padre Us Calvillo entregó a los custodios la imagen de la patrona de Chelem, quienes la cuidarán durante los festejos, que incluyen el recorrido por las zonas parroquiales y la procesión en la ría. Luego de la bajada los feligreses veneraron a la patrona y se les invitó a participar en el novenario y entrada de gremios que se inician el viernes 22 con el de los Comerciantes.
El sábado 23 corresponde al de jóvenes; domingo 24, al de señoritas y señoras; lunes 25, al de señoras; martes 26, al de Marítimos, miércoles 27, misa a las 10 horas y procesión en la ría. Del viernes 22 al miércoles 27, a las 5 horas, se cantarán las mañanitas. La entrada de los gremios es a las 7 de la noche.
A las siete y media de la noche del jueves 28 habrá una misa dedicada a Santa Catalina Labouré, religiosa de origen francés a la que se le apareció la virgen y que en 1947 fue declara santa por el Papa Pio XII.