MÉRIDA, Yucatán, domingo 07/01/24.- CUIDADO, TE ROBÓ EN EL PRI Y AHORA QUIERE HACERLO EN MORENA: Panchairo Torres Rivas es coordinador de estructura del IV Distrito federal, designado por el mismísimo “Lechitas”, indican ciudadanos emeritenses.
De acuerdo con los entrevistados, mareado todavía por los humos de la traición, Panchairo Torres Rivas dice que su expulsión del PRI fue una vacilada de Santos Inocentes.
“Este sujeto, que con la fortuna que amasó como secretario de Obras Públicas de Ivonne Ortega Pacheco es ahora empresario hotelero y turístico, estuvo el viernes en la sede estatal de Morena, donde lo nombraron coordinador de estructura del IV Distrito federal”, recalcaron nuestras fuentes.
Torres Rivas, cuyo retrato terminó en el basurero de la Casa del Pueblo y de la historia, llegó acompañado de “Lechitas”, de quien es uno de sus más allegados en esta precampaña, en la que el aspirante morenista a la gubernatura se hundió 10 puntos con respecto al puntero Renán Barrera.
ERA BOLA CANTADA: Según nuestros informantes, para muchos no es novedad que Panchairo se integre a Morena, partido con el que coqueteaba desde que era presidente estatal del PRI, cuando recibía con grandes fiestas a personajes morenistas, como a René Bejarano, a quien le hizo un tour de cantinas por la ciudad.
Por su traición, el PRI lo expulsó junto con Luis Hevia Jiménez, quien también fue presidente estatal del tricolor. Su retrato también terminó en el basurero.
Por cierto, Hevia Jiménez, como coordinador de precampaña de “Lechitas”, es responsable del hundimiento del ex delegado del Bienestar, quien es el único precandidato de Morena que le restó puntos al partido tras su nombramiento.
LO DESIGNAN Y SE HUNDE: Este año habrá elecciones para renovar gubernaturas en nueve estados, incluyendo Yucatán y todos los precandidatos de Morena subieron en las encuestas tras conocerse que ellos representarán al partido de AMLO, todos, con excepción de Díaz Mena, quien se hundió 10 puntos en los sondeos.
Para recuperarse Morena tendrá que dar un golpe de timón, con un cambio de estrategia o, ¿por qué no? hasta un cambio de precandidato.