MÉRIDA, Yucatán, martes 26/12/23.- Junto con el Año Viejo se van los sueños, las ilusiones y las obsesiones de ser gobernador de Jorge Carlos Ramírez Marín y de Liborio Vidal Aguilar, quienes así acabarán el esto de sus días: Suspirando por algo que los obsesionó.
En esta lista pueden caber perfectamente los panistas Luis Correa Mena, Ana Rosa Payán Cervera y Beatriz Zavala Peniche: De los tres la única que ni llegó a la alcaldía fue la conocida como la “Tía Bety”.
IRONÍA DE LA VIDA: A veces la vida es irónica, cruel y despiadada con los sueños de unos y a otros les regala todo sin merecerlo: Mauricio Vila Dosal llegó a ser gobernador con una paupérrima trayectoria política de “chen” seis años: Tres de diputado local y tres de alcalde de Mérida.
Todo lo logró Vili Bb gracias a la nada ejemplar y si perniciosa vida del ex panista Raúl Paz Alonso, quien tenía en la bolsa la candidatura a la alcaldía emeritense y la dejó ir por sus vicios, las mujeres y demás francachelas.
UN BUEN POLÍTICO, UN MEJOR ORADOR Y UN GRAN TRAIDOR: El Gordito Marín persiguió, luchó, pataleó y rebuscó la candidatura desde poco más de 15 años, pero en el PRI, donde NUNCA fue bien visto por la amplia mayoría de las tribus tricolores, le negaron esa oportunidad.
Ya sin la más mínima posibilidad de ser candidato a gobernador en el PRI, el senador electo por el tricolor traicionó al partido que le dio todo, lo legal y lo ilegal que agarró a manos llenas y se fue a Morena, vía el PVEM; algunos afirman que precisamente por eso traicionó, porque lo tiene agarrado de donde les conté.
Ramírez Marín fue presidente estatal del PRI, diputado local, diputado federal, senador y secretario de estado, siempre al calor del tricolor, pero su sueño y su obsesión de ser gobernador se los llevará a la tumba, ya que nunca se volverán realidad.
Triste final de un buen político, de un mejor orador, pero de un gran traidor, al que al final sus mismas acciones le pasaron factura y lo tienen en el amplio infierno de los traidores.
EL DINERO NO ES LA VIDA: Hablando de traidores, el vallisoletano y empresario Liborio Vidal no se queda atrás y le gana por varios cuerpos al Gordito Marín, pues ha estado en el PRI, en el PRD, en el PVEM y en el PAN, pero jamás logró su obsesión de ocupar la silla del palacio de la 61 con 60.
Exitoso empresario, dueño de la empresa Bomssa, y ex alcalde de la oriental ciudad de Valladolid, tierra de la longaniza, el ex Amigo Libo y ahora Caballo de Troya, fue también diputado local y diputado federal.
Al igual que Ramírez Marín, el ahora secretario estatal de Educación durante poco más de 15 años buscó afanosamente ser candidato a gobernador, pero jamás lo logró y partirá de este mundo con ese estigma en su ser.
Mañana daremos la segunda parte de la nota, en la que hablaremos de los panistas que soñaron con ser gobernadores y sus sueños se volvieron pesadillas.