ELMUNDO.ES (España).- A las 12 horas de ayer viernes, Rodrigo Rato se trasladó de su casa a su despacho en el barrio de Salamanca de Madrid para presenciar el registro que realizan los agentes del servicio de Aduanas. En un vehículo azul recorrió los escasos metros que separan su domicilio, en la calle Don Ramón de la Cruz, y su despacho, en la calle Castelló.
Sonriente, con un traje gris y camisa blanca, en este recorrido el ex ministro tuvo que escuchar diversos insultos de transeúntes como “hijo de puta”, “cabrón” o “ladrón”, según informa Ana Cabanillas.
Rato, que no está detenido, ha entrado decidido en el lugar sin hacer declaraciones a los medios. De hecho, al ser preguntado por los numerosos periodistas destacados en la zona, Rato ha respondido diciendo que no puede hacer declaraciones.
Aunque las ventanas del despacho situado en un semisótano han sido tapadas con cartones por los agentes de Aduanas, por los resquicios se ha podido ver a Rato sentado en una silla y consultando documentación. Dos horas después ha regresado a su casa. Al igual que a su llegada, al salir del despacho ha recibido insultos de los transeúntes, que se dirigían a él como “hijo de puta” y “cabrón”.
Fuentes de la investigación precisaron que el registro del despacho se hizo en dos partes, la primera el jueves -entre las 19:45 y las 00:15 horas, cuando se vio a Rato salir del lugar- y otra ayer viernes por la mañana desde alrededor de las 9.
Durante toda la noche han habido agentes vigilando la oficina, pero no practicando el registro propiamente dicho.
Después de comer, el ex ministro de Economía salió de su casa, recorrió una treintena de metros seguido por cámaras y fotógrafos, a quienes pidió que lo dejaran en paz porque ya le habían hecho fotos “esta mañana”.
De inmediato, se metió en un vehículo y abandonó el lugar.
Rato quedó anteanoche en libertad por orden del juez de Instrucción número 35 de Madrid tras siete horas de registros en su domicilio y su despacho.
El ex presidente de Bankia, ex vicepresidente del Gobierno y ex presidente del Fondo Monetario Internacional es sospechoso de intentar alzar bienes y evitar embargos por su responsabilidad en el escándalo de Bankia mediante un complejo entramado societario en diversos países, incluidos paraísos fiscales.
En las empresas bajo investigación figuran como titulares miembros de su familia, incluidos los hijos fruto de su matrimonio con su ex esposa María Ángeles Alarcó, actual presidenta de la empresa pública Paradores.
También se analizan empresas vinculadas a su hermana Ángeles y una sobrina, según fuentes jurídicas consultadas por El Mundo.
“Tengo confianza en la Justicia y he colaborado activamente con ellos. Estoy en mi casa, con mi familia y en libertad”, aseguró el ex ministro de Economía en declaraciones a Efe nada más recuperarla en la antepasada la medianoche.
Según las fuentes de la investigación consultadas por Europa Press, la operación de los agentes de Vigilancia Aduanera se prolongará a lo largo de la jornada de hoy y también tienen previsto registrar otras propiedades del ex vicepresidente, entre ellas una casa de campo en Carabaña, municipio situado en el sureste de la Comunidad de Madrid