MÉRIDA, Yucatán, miércoles 12/07/2023.- Antes era príncipe, ahora tiene que mojarse como un perro callejero en espera de que sus amos le den un hueso… y luego la patada. Es la increíble y triste historia de Raúl Paz Alonzo, quien llegó al Senado por el PAN y el año pasado renunció para convertirse en un lacayo más de AMLO en Morena.
Lo mejor es que cuando el perro es manso, hasta la correa lame, pues fue el mismo #CorazónDeCondominio quien presumió que estaba mojándose en un mitin de Adán Augusto López Hernández, en el parque de La Madre en la Ciudad de México, donde les cayó lluvia, viento y hasta granizo (¡Ni la naturaleza quiere a la 4T).
En el PAN solo insinuaba que quería algún puesto y, por esas cosas inexplicables de la política, siempre se lo daban. Sin embargo, despreció las croquetas finas y prefirió de las croquetas que venden a granel, por eso se sumó desde el año pasado a las filas de Morena, donde nadie lo quiere, está más apestado que un pulgoso.
Los morenacos de la Ciudad de México pensaron que hicieron la adquisición de su vida con Raúl Paz, pero cuando lo anunciaron en Yucatán comprendieron que su acción estaba más cajeteada que la terraza de algún albergue canino.
Desde entonces Paz anda como perro sin dueño, pegándose a cualquiera que pueda sobarle el lomo y darle por caridad algún hueso. Es lo que sucede cuando tus neuronas dejan de chocar entre sí por meterle mucho al talco.
OJO: La suerte de Paz debe servir de espejo para todos aquellos ilusos neopanistas que creen que puedan hacerla solos, en el partido que sea. Una vez que dan el paso fuera del PAN es una muerte política segura.