MÉRIDA, Yucatán, jueves 12/01/23.- Ojalá se muera ese pelaná!!! Suelen decir familiares a los que alguien, con dolo o por accidente les mata a un pariente, en Yucatán, porque sería el máximo castigo por el crimen: En el caso de Yeimi se hizo justicia.

A veces en un accidente de tránsito el culpable sobrevive luego que mata al otro conductor, lo que a los ojos humanos es algo injusto, ya que murió un inocente por culpa de un irresponsable: Ojalá se hubiera muerto también suelen decir, mientras que unos dicen ojalá se pudra en la cárcel y los más tranquilos indican que ni todo el dinero del mundo les devolverá a su ser querido.

No sabemos si la familia de la joven Yeimi deseó que muriera el asesino, pero al menos el karma se le volvió en contra al criminal y se cumplió el ojo por ojo, diente por diente.

Joshua Herrera, el asesino de Yeimi, ya está en el Hades y en este caso sólo falta que se turne a la Comisión Ejecutiva Estatal de Atención a Víctimas (CEAV), a fin de que los deudos de la joven reciban una reparación del daño y que el caso no quede sin resarcir.

Todo lo raro y sospechoso de este caso nunca se sabrá, porque los que lo vivieron en carne propia, Joshua y su mujer, ya están muertos, a menos que la Fiscalía o en la SSP filtre la verdad, como filtraron la información.