PROGRESO.-  Aunque los prestadores de servicios turísticos consideran pequeño al crucero Carnival Elation, ayer la llegada de este barco dejó buenas ganancias en el puerto, debido a que unos mil pasajero se quedaron en la ciudad y gastaron dinero en comida, bebidas, artesanías, renta de bananas y en motos acuáticas y terrestres, entre otras cosas.

Lo importante de la llegada de un crucero no es el tamaño, sino el número de turistas que se quedan en el puerto, pues aunque lleguen cinco mil, muchos se van a otros lugares del estado, otros se quedan en el barco o en la terminal remota y muy pocos permanecen el este puerto.

El crucero arribo de Nueva Orleans con 2,580 pasajeros y atracó a las 6:45 horas en la terminal remota; dos horas después comenzaron a llegar al malecón los primeros pasajeros y unos 500 viajaron a las zonas arqueológicas, a Mérida y a la zona de flamencos, mientras los demás se quedaron en la terminal de cruceros y unos mil se trasladaron a la ciudad.

A las masajistas no les fue bien, pero los ambulantes tuvieron buenas ventas, así como los rentadores de bananas y motos acuáticas, pues  tuvieron buena demanda en sus servicios.

Esta vez, el Carnival Elation trajo a pocos spring breakers, aunque los pocos que vinieron participaron en varios juegos organizados en la playa del restaurante Eladios y también rentaron motos acuáticas y terrestres.

Mientras las masajistas ofrecían sus servicios, que pocos pasajeros contrataron, los vendedores de artesanías y cantantes se metieron entre los turistas que estaban en las palapas de la playa y la estrategia les resultó.

El vendedor Cándido Rivera vendió un bolso de palma, en 25 dólares, a una turista japonesa que viajó con su familia. Cándido trae los bolsos del estado de Guerrero. Juan Rodríguez Dzul le vendió a una pareja una máscara maya, en 60 dólares, mientras una chiapaneca vendió pulseras artesanales.

Patricia Tour le trenzó los cabellos a una niña pasajera, trabajo por el que cobró 15 dólares; la estilista estaba contenta porque no siempre es contratada, ya que hay otras dos que hacen el mismo trabajo.

Guitarristas que interpretaron la bamba también fueron contratados por grupos de turistas jóvenes, quienes bailaron y tomaron tequila al compás de la canción.