NUEVA ORLEÁNS (AP), jueves 01/09/22.- La temporada de huracanes en el Atlántico ha sido tranquila hasta ahora. Demasiado tranquila. Algo de lo que meteorólogos y residentes de zonas acostumbradas a esos temporales hablan con susurros, como para no tentar al destino.
El mes de agosto nunca había visto nada como esto. No se formó una sola tormenta grande, a pesar de que es el mes pico de la temporada de huracanes y de que los expertos habían pronosticado una actividad mayor que la normal. Casi todos los factores que hacen que los meteorólogos pronostiquen una actividad intensa están presentes.
¿Aguas del océano calientes? Sí.
¿Ausencia de vientos que puedan alejar las tormentas? Sí.
¿El fenómeno La Niña, del océano Pacífico, que hace que aumente la actividad en el Atlántico? Sí.
Sin embargo, no se ha formado una sola tormenta grande.
Sorprendidos, los expertos mencionan un aire inusualmente seco y algunos otros factores. Pero cada vez que ellos y los simuladores de las computadoras piensan que se está gestando algo, no pasa nada.
“Todo está sorpresivamente tranquilo en el Atlántico”, comentó el investigador de la Universidad de Miami Brian McNoldy, quien destacó que la tormenta tropical Colin se diluyó el 2 de julio y que desde entonces no ha habido nada.
Es la primera vez desde 1941 que no hay temporales grandes en el Atlántico desde el 3 de julio hasta fines de agosto. No ha habido una sola tormenta a la que se le dio un nombre, subrayó el experto en huracanes de la Universidad Estatal de Colorado Phil Klotzbach.
Desde 1950, solo en 1997 y 1961 no hubo tormentas con nombre en agosto. Septiembre, no obstante, estuvo hiperactivo en el 61 y registró Carla, un huracán que causó muchos muertos, indicó Klotzbach.
En Lake Charles, localidad de Luisiana muy golpeada por los temporales en la última década, los residentes toman nota de lo tranquilo que ha estado el verano, pero el alcalde Nic Hunter dice que nadie habla de ello para “no tentar el destino”. Entre agosto del 2020 y agosto del 2021 la ciudad fue azotada por dos huracanes, Laura y Delta, una fuerte helada e inundaciones. Todavía hay lonas azules en muchos techos.
“Mucha gente toca madera, reza”, dijo Hunter. “No creo que nadie se sienta aliviado hasta que termine la temporada”.