VIDA Y ESPERANZA, México (AP), martes 23/08/22.- El ambicioso proyecto del Tren Maya de México está pensado para traer desarrollo a la península de Yucatán, sin embargo, a lo largo de la costa del Caribe amenaza al pueblo indígena maya por el cual fue nombrado y divide a las comunidades a las que debía ayudar.

Uno de los tramos controvertidos corta una franja de más de 110 kilómetros a través de la jungla entre los centros turísticos de Cancún y Tulum, y pasa sobre algunos de los sistemas de cuevas subterráneas más complejos y frágiles del mundo.

Es uno de los proyectos emblemáticos del presidente Andrés Manuel López Obrador, y ha generado objeciones de ambientalistas, arqueólogos y espeleólogos, quienes han realizado protestas para impedir que las retroexcavadoras derriben árboles y dejen limpia la delgada capa de suelo.

Sin embargo, para los habitantes del pueblo Vida y Esperanza, en Quintana Roo y formado por unas 70 casas y 300 personas —la mayoría mayas—, el tren pasará justo frente a sus puertas. Temen que contamine las grutas que les proveen de agua, ponga en peligro a sus hijos y corte su acceso al resto del mundo.

Lidia Caamal Puc se siente en un camino de tierra de la comunidad Vida y Esperanza, en un sector que ha sido despejado para permitir el paso del Tren Maya, en foto del 5 de agosto del 2022. “Pues creo que (el tren) no tiene nada de maya”, dice la mujer.

“Muchos dicen que trae grandes beneficios. Pero nosotros, como mayas que somos, que cultivamos la tierra, que vivimos de aquí, pues no vemos beneficio. Nos están quitando lo que tanto amamos: la tierra en la que trabajamos y que defendemos”.