UMÁN, Yucatán, lunes 25/07/22.- Menos de un año tardó en el cargo de director del agua potable Gregorio Montero Martín, quien no pudo con el paquete y renunció, dejando tirado el trabajo que se le encomendó.

Además tenía poses de diva, pues sino se hacía lo que él decía, pues no se hacía; muchos le daban ideas y nada más no le daba la gana de ponerlas en práctica; mucha gente iba a abonar y no le aceptaba el dinero, porque quería que paguen completo.

Gregorio Montero, quien se volvió “chamba fácil” desde que fue alcalde, de 1985 a 1988, pues le gustan trabajos cómodos en los que se trabaje poco y se pague mucho, además de los chanchullos.

No pudo con el paquete del agua potable, que está lleno de problemas y se salió por la fácil: Renunció.

Luego que lo corrieron del Oportunidades, su último trabajo fue en Tlaxcala, como delegado, empezó a joder en el PAN y, aunque sabía que no tiene capital político, empezaba a presionar para que le dieran algo.

Así lo hizo en 2018, cuando ya se sabía que Freddy Ruz sería el candidato, y lo repitió esta vez, cuando ya se sabía que Ventura Cisneros era el mejor posicionado.

Este sujeto, quien alguna vez dijo que continúan trabajando para brindar agua potable de calidad a todas las familias, ahora se fue y dejó tirado el trabajo.

Aunque es de Umán, prácticamente vive en su casa del fraccionamiento “Francisco de Montejo”, de Mérida y estaba vendido a la familia Castillo Ruz, la cual le costeó ahora su falsa campaña en 2018, porque su objetivo era tratar de debilitar al alcalde, para hacerle el “caldo gordo” al PRI, ya que cuando Gregorio ganó la alcaldía fue gracias al apoyo de esta familia, con la que está en deuda.