PLAYA DEL CARMEN, Quintana Roo, miércoles 20/07/22.- Integrantes del proyecto Cenotes Urbanos reportaron al Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) el hallazgo de una vasija en una cueva ubicada en el predio de una asociación religiosa de Playa del Carmen, Quintana Roo.
De acuerdo con especialistas del Centro INAH Quintana Roo, la pieza es del tipo chocolatera, mide 13 cm de altura y corresponde al periodo Preclásico Tardío (300 a.C. a 250 d.C.)
Gracias a un reporte del biólogo Roberto Rojo García, encargado del proyecto Cenotes urbanos en Playa del Carmen, los arqueólogos José Antonio Reyes Solís y Enrique Terrones González realizaron una visita al lugar, denominado Cueva de la Cruz.
Los espeleólogos del proyecto Cenotes urbanos también compartieron los planos de un mapeo con los especialistas del INAH.
El bien patrimonial estaba cerca de la pared oriente de la cueva, sumergido parcialmente en un sedimento suave, ya que en la cueva existe un espejo de agua que tiende a llenarse en temporada de lluvias.

La vasija se halló completa y con su boca orientada al norte, aunque se infiere que su posición no es original debido a posibles movimientos por cambios de nivel en el cuerpo de agua, o quizá a la acción de la fauna.
Una vez hecho el registro fotográfico in situ y reunida la información planimétrica de la pieza, los especialistas del INAH realizaron el retiro meticuloso, que implicó crear una cadena humana para extraerla sin daño, ya que el lugar donde estaba sólo permitía el paso de una persona.
Al retirarla de su contexto, se revisó el área circundante para tratar de localizar algún elemento asociado, pero el espacio que ocupaba fue inmediatamente anegado por agua que se filtró desde el suelo, misma que impidió revisiones a detalle.
La vasija fue trasladada a la bodega de colecciones del Museo Maya de Cancún, donde los arqueólogos pudieron ahondar sus inspecciones y definir que mide 13 cm de altura por 16 cm de diámetro en su cuerpo y 17 cm de diámetro en su boca.
Aunque carece de un asa puente-vertedera, ha sido asociada con las vasijas de tipo chocolateras, producciones cerámicas que se asocian al periodo Preclásico Tardío (300 a.C.-250 d.C.), por eso es relevante para el estudio de los grupos tempranos que poblaron esa región de Quintana Roo.
“Presenta una coloración rojiza en su exterior y un engobe negro por el interior, el cual se encuentra parcialmente cubierto por carbonatos de calcio, algo característico de los materiales recuperados en cuevas”, informó Antonio Reyes.
El decorado parece brindar una imagen fitomorfa, similar a una calabaza.
El director del Centro INAH Quintana Roo, Margarito Molina Rendón, comentó que la vasija brinda información valiosa para la arqueología, ya que detalla rasgos de estilo, técnica, procedencia, intercambio comercial y temporalidad.
Desde una perspectiva antropológica, “son testigos de identidades y territorialidades, de saberes alfareros generacionales, de usos cotidianos, prácticas rituales, mitos y, en general, de la evolución cultural”.
“Recuperar en su contexto cualquier bien patrimonial, desde un tepalcate hasta una vasija completa, es de gran importancia para el INAH”, agregó.
Con base en el dictamen del INAH, se volverá a la Cueva de la Cruz en época de estiaje para una exploración sistemática, tanto en su parte seca como en sus cuerpos de agua, para verificar la posible presencia de otros materiales arqueológicos.
En coordinación con el proyecto Cenotes Urbanos en Playa del Carmen y la asociación religiosa, se reforzarán las gestiones y la concientización del personal del predio para evitar el acceso no autorizado a la cueva.- Martha López Huan