MÉRIDA, Yucatán, domingo 13/02/22.- Es común que la tristeza, nostalgia y melancolía se hagan presentes el 14 de febrero, principalmente en las personas que se sienten solas en la cotidianeidad o en aquellas que no tienen pareja, manifestó la psicóloga Flor de María Villegas Ramírez, de la Clínica de Medicina Familiar Mérida del ISSSTE de Mérida
“Por la presión social y las expectativas construidas alrededor del Día de San Valentín, algunas personas se sienten tristes, pero es importante tener en cuenta que la ´Depresión en el Día de San Valentín´ no aparece de la nada. Es posible que haya antecedentes de episodios depresivos para pensar que es depresión lo que tiene el paciente y no simple tristeza o frustración”, explicó.
En el marco del 14 d febrero, la especialista comentó que no hay nadie que esté exento de tener depresión alguna vez en su vida, ya que su aparición depende de diversos factores que interactúan entre sí, pueden ser biológicos (química del cerebro), psicológicos (pensamientos y emociones) y sociales (interacciones y relaciones que se tienen con los demás y uno mismo).
Sin embargo, en el Día del Amor y la Amistad se conjugan varios factores, como la frustración de no haber encontrado a una persona (a veces idealizada y poco realista).
La presión social determina que el 14 de febrero “debemos” tener pareja y aumenta conforme avanza la edad.
“Es probable que en algún momento de la vida lleguemos a sentir presión por no tener lo que se espera: pareja, casa, hijos, trabajo, etc., pero es importante tener presente que eso no garantiza la felicidad”, dijo.
La felicidad es un estado de consciencia que no depende de los demás, sino en aprender a gestionar los estados emocionales.
“Cambiar la perspectiva es una de las mejores cosas que se pueden hacer”, indicó.
Villegas Ramírez consideró necesario cambiar el punto de vista sobre el Día San Valentín, “verlo como un día para celebrar el amor no sólo de pareja, sino de amigos y familia”.
“El amor y el romance más importante es el que se tiene a sí mismo, tenemos que hacer relevante la construcción nutritiva con nosotros mismos, enfocar nuestra atención en el bienestar y en lo que se necesita para tener estabilidad emocional, equilibrio y felicidad”, explicó.
Si va en sentido contrario, las relaciones tendrán de base la carencia y la necesidad, “lo que convierte las relaciones en insanas”.