TULUM, viernes 20/08/21 (AP).— El huracán “Grace” impactó ayer la costa del Caribe, unos cuantos kilómetros al sur de los antiguos templos mayas de Tulum, dejando algunas casas sin techo, a miles de personas sin servicio eléctrico y manteniendo a los turistas fuera de las playas.
La tormenta de categoría 1 ya había dejado lluvias torrenciales a su paso por Haití, Jamaica y las Islas Caimán antes de dirigirse a un impacto directo con la Riviera Maya, corazón de la industria turística mexicana.
El vórtice de “Grace” tocó tierra al sur de Tulum a las 4:45 de la mañana, con vientos máximos sostenidos de 130 km/h (80 mph), según el Centro Nacional de Huracanes de Estados Unidos.
Conforme se adentraba en la península de Yucatán, “Grace” se debilitó a tormenta tropical la tarde del jueves con vientos máximos de 85 km/h (50 mph). El meteoro, sin embargo, estaba a punto de salir de tierra firme y dirigirse al Golfo de México, donde presumiblemente recuperaría categoría de huracán. Su centro se ubicaba unos 85 kilómetros al nor-noreste de Campeche y avanzaba con dirección oeste a 24 km/h (15 mph).
Los meteorólogos señalaron que era posible que el meteoro impactara nuevamente con fuerza de huracán la costa en el centro del Golfo, hacia la noche del viernes o primeras horas del sábado.
En Tulum, algunas familias pasaron horas de angustia resguardándose de árboles caídos y escombros.
Alrededor de las 2 de la mañana del jueves, mientras el ojo de “Grace” se ubicaba sobre la costa, Carlos González tomó a su hijo de 18 meses y salió corriendo de su casa junto a su esposa para dirigirse a una escuela pública habilitada como albergue. La luz de su celular los ayudó a abrirse camino en las oscuras calles.
“Lo único que me quedó es lo que tengo puesto”, dijo el albañil de 35 años. ”Yo sabía que mi casa no iba a soportar porque era de cartón. Cuando se vino el viento me dio miedo y preferí salir”.
Miguel Ángel García decidió quedarse. El jueves usó un machete para cortar el tronco de un árbol que cayó sobre el techo de su casa.
“Vino el viento y nos dijeron que nos fuéramos a la escuela, pero no nos dio tiempo porque ya se caían los árboles”, dijo el mesero de 33 años. “Preferimos quedarnos y no salir a la calle y que sea lo que Dios quiera”.
Muchas calles quedaron bloqueadas por las ramas y árboles caídos que derribaron tendido eléctrico, dejando a miles de personas sin luz. La mayoría de los negocios permanecieron cerrados, y los pocos que abrieron registraron largas filas.