LERDO, Durango, martes 17/08/21 (El Universal).— Al condicionar seguir con el programa “Agua Saludable para La Laguna” —que busca garantizar el suministro de agua limpia a la región— solo si se retira antes del 3 de octubre el amparo que se ha interpuesto y que evita que el proyecto siga, el presidente Andrés Manuel López Obrador afirmó que desconfía del Poder Judicial y lo acusó de estar podrido.

También dijo que los jueces, ministros y magistrados están al servicio de grupos de intereses creados y que tienen una mentalidad ultraconservadora.

Acompañado por José Rosas Aispuro y Miguel Riquelme, gobernadores de Durango y Coahuila, respectivamente, quienes respaldaron la propuesta del gobierno federal, el titular del Ejecutivo federal emplazó a que el próximo domingo 3 de octubre se defina entre productores, habitantes y ambientalistas si se inicia el proyecto para que se retiren los amparos, pues manifestó que “el Presidente de México no puede ser rehén de personas o de grupos”.

“Y si ya empezaron los amparos, pues no vamos a poder terminar la obra. ¿Ustedes creen que yo voy a confiar en el Poder Judicial? No me estoy chupando el dedo. Desgraciadamente el Poder Judicial está podrido, hay honrosas excepciones para no generalizar, pero jueces, magistrados, ministros están al servicios de los grupos de intereses creados y tienen una mentalidad muy conservadora, ultraconservadora”.

“Si tuviésemos un Poder Judicial confiable diría no hay problema, vamos al litigio, vamos a demostrar que no hay afectaciones, pero no nos metemos en eso, nos entrampamos, nos presentan una denuncia y luego otra y otra y otra, y otra. Se nos va el tiempo y es una táctica dilatoria y no se hace la obra”, indicó el mandatario mexicano.

Junto al director general de la Comisión Nacional del Agua (Conagua), Germán Martínez Santoyo, el presidente López Obrador emplazó a que el próximo domingo 3 de octubre se defina entre productores, habitantes y ambientalistas si se inicia el proyecto de “Agua saludable para La Laguna” para que se retiren los amparos, pues señaló que el Ejecutivo federal no puede ser rehén de personas o grupos “por poderosos o influyentes que sean”.

“Y no seré, se los digo con toda claridad, rehén de nadie. El presidente de México no puede ser rehén de personas o de grupos, por poderosos que sean, por influyentes que sean, por combativos que sean. Siempre debe prevalecer la justicia”, dijo.