NUEVA YORK, martes 10/08/21 EFE).— Las grandes empresas de Estados Unidos empiezan a exigir a sus trabajadores la vacuna contra el Covid-19, en algunos casos pasando del incentivo a la obligatoriedad en vista del repunte de casos que amenaza con obstaculizar su reapertura.

Apuradas por el incremento de casos de coronavirus en el país, donde ya hay unas 100,000 infecciones diarias, muchas compañías están aplicando normas de vacunación para sus empleados tras el ejemplo de la administración federal y de otras estatales y locales.

Los burócratas y trabajadores sanitarios de estados como Nueva York fueron los primeros en recibir requisitos de vacuna anticovid o pruebas semanales, y ahora esos mandatos llegan al sector privado, que evitó durante meses imponer medidas de este tipo.

Con la mitad de la población estadounidense completamente vacunada, aún hay más de 90 millones de personas elegibles que no reciben ninguna dosis y el tiempo corre en contra con la propagación de variantes más transmisibles que evadirían la efectividad de los preparados disponibles.

Un experto en el tema, el exembajador estadounidense Neil Parsan, director de la firma Parsan Cross Global Strategic Advisors y asesor en varias organizaciones internacionales, opinó en declaraciones a EFE que las órdenes “tendrán un impacto positivo en las tasas de vacunación”.

“Las órdenes de vacunarse son legales, éticas y efectivas. Salvan vidas. Puede ser difícil ordenarlas federalmente, pero el sector privado puede hacerlo, ya que hay precedente”, explicó Parsan, que las consideró la mejor manera de alcanzar a la gente “apática”.

Entre las empresas más estrictas está la aerolínea United, que esta semana dio la orden a su plantilla de 67,000 trabajadores en Estados Unidos de aportar pruebas de vacunación completa como muy tarde a finales de octubre, con excepciones por salud o religión.

De manera similar, la procesadora cárnica Tyson Foods, con 120,000 empleados y menos del 50% inmunizados después de meses de esfuerzo, también dijo a sus trabajadores que deben estar vacunados antes del 1 de noviembre como “condición de empleo”.

Hasta ahora la mayoría de las corporaciones ha sido más flexible y solo requiere la vacuna a una parte de su plantilla, generalmente los que van a la oficina, y opta por incentivos, como bonos o días libres, algo que expertos consideran importante.

Por ejemplo, la cadena de grandes almacenes Walmart, que es el mayor empleador de Estados Unidos con 1.5 millones de contratados, la exige solo para quienes van a sus oficinas corporativas, pero no para los trabajadores de sus tiendas.

Algunos grandes bancos, entre ellos JPMorgan, Wells Fargo, Goldman Sachs y Morgan Stanley, también exigen la vacuna como requisito para ir a la oficina, pero tienen diferentes enfoques para quien no lo haga o no quiera divulgar su estatus, desde permitir que entren llevando mascarilla a relegarlos al trabajo remoto.

Debate

El riesgo de ser despedido si no se prueba la vacuna anticovid plantea un debate que ya se trasladó al ámbito legal en algunos casos, como en la denuncia interpuesta por más de un centenar de trabajadores contra el Houston Methodist Hospital.

El tribunal dio razón al hospital por exigir la vacuna a sus trabajadores, que alegaban que los preparados disponibles no cuentan aún con las autorización completa de los reguladores, sino una de emergencia, y dudaban de su seguridad. Esa luz verde final llegaría a principios de septiembre para Pfizer-BioNTech y luego para Moderna, las fabricantes de las vacunas más distribuidas, así que a partir de ello más empresas impondrían órdenes a sus plantillas.