CIUDAD DE MÉXICO, lunes 02/08/21 (EFE).— México vivió en este domingo de verano olímpico una inédita y a la vez polémica consulta popular para enjuiciar a los expresidentes del país que llega tras una larguísima carrera de fondo de muchos años en los que la ciudadanía ha exigido acabar de una vez con la impunidad.
Pero es difícil que el ejercicio convenza a suficientes hinchas, pues se necesita una elevada participación del 40% para que sea vinculante y muchos consideran innecesario o incluso absurdo votar para que los delitos se castiguen.
Muchos mexicanos madrugaron ayer para ver el bronce de la mexicana Aremi Fuentes en halterofilia en Tokio 2020 y pocos para acudir al colegio electoral ubicado en la conocida plaza de la Cibeles, en la colonia Roma, un céntrico barrio de clase media.
“Creo que los expresidentes tienen que dar cuentas de la gestión, buena o mala, que hayan hecho. Yo creo que es visiblemente muy mala la que hicieron y los efectos los estamos viviendo ahora”, explicó a Efe Jaime Maldonado, de 56 años, uno de los vecinos que fue a votar.
Este ingeniero químico culpó a los exmandatarios de la expansión de “la violencia y los cárteles”, y celebró que por primera vez en la historia se convoque a los mexicanos en una consulta popular.
La consulta fue una promesa del presidente Andrés Manuel López Obrador, quien llegó al poder en 2018 con el objetivo de erradicar la corrupción y de promover una democracia más participativa.
En un inicio, la consulta proponía enjuiciar a los exmandatarios Carlos Salinas de Gortari (1988-1994), Ernesto Zedillo (1994-2000), Vicente Fox (2000-2006), Felipe Calderón (2006-2012) y Enrique Peña Nieto (2012-2018) por corrupción, fraudes electorales y la guerra contra el narcotráfico, entre otros.
Pero el Supremo modificó la pregunta para preservar la presunción de inocencia y dejó un enunciado muy abierto que plantea a los mexicanos si quieren “emprender un proceso de esclarecimiento de las decisiones políticas tomadas en los años pasados”.
“Desgraciadamente, la Suprema Corte cambió la pregunta, se volvió un poco ambigua pero es un avance que se dé esta oportunidad. Espero que al menos sea un juicio histórico y se logre investigar las acciones del pasado”, declaró tras depositar su voto Beatriz, de 38 años y graduada en Comunicación.
Defienden el proceso
Los promotores de la consulta defienden que la victoria del “Sí” servirá para abrir Comisiones de la Verdad que investiguen los crímenes de las administraciones pasadas, mientras los críticos ven innecesario votar para que se cumpla la ley.
López Obrador ha mareado la perdiz con la consulta, puesto que la convocó y la promovió, pero no votará porque su “fuerte no es la venganza”. Además, el gobierno no ha expuesto su plan para aplicar el resultado, con lo que hay mucha incertidumbre al respecto.
Sacar adelante esta consulta supone un auténtico levantamiento de pesas, dado que la ley requiere una participación del 40%, es decir 37 millones de personas, para que el resultado sea vinculante.
Los precedentes no son muy halagüeños, ya que las elecciones intermedias del pasado junio tuvieron una participación del 53%, que fue algo récord.
Ese 6 de junio, la fila de espera era larga en el colegio de la plaza de la Cibeles, mientras que este domingo los vecinos llegaban a cuentagotas, aunque todos para votar por el “Sí’”
Durante los últimos días, el oficialista Movimiento Regeneración Nacional (Morena) ha acusado al Instituto Nacional Electoral (INE), encargado de difundir y organizar la consulta, de boicotearla.
Mientras, el organismo ha respondido que habría querido poner más mesas electorales —hay 57,000 previstas respecto a las 163,000 de los comicios intermedios— si el Congreso le hubiera dado mayor presupuesto.
“Yo creo que ha faltado más información por parte del INE y del partido”, reprochó Julio tras votar en el patio de colegio, completamente vacío excepto por las dos urnas.
De todos modos, este hombre de 62 años, que votó con mascarilla como obliga la pandemia de covid-19, defendió la consulta como un buen proceso para “impulsar la democracia y que consideren la voz del pueblo”.
Sea cual sea el resultado y la participación, lo más probable es que López Obrador se cuelgue hoy una medalla de oro a sí mismo y dé una amonestación a la autoridad electoral.