PEKÍN, lunes 26/07/21.– El Gobierno chino declaró recientemente que el número de osos panda salvajes ha llegado a los 1.800 ejemplares en el país asiático y que deja de ser una especie “en peligro” para convertirse en “vulnerable”.
Cui Shuhong, director del Departamento de Protección Ecológica del Ministerio de Ecología y Medio Ambiente, explicó en una rueda de prensa que “se han mejorado las condiciones de vida de algunas especies raras” como los osos panda, los antílopes tibetanos o los ciervos del padre David, una especie nativa de China.
El nivel “vulnerable” es el quinto en la escala de especies en peligro de extinción tras extinto, extinto en estado salvaje, en peligro crítico y en peligro.
Cui también mencionó el aumento de población de otras especies en peligro como los tigres y leopardos siberianos o el ibis nipón.
El Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF) ya había ajustado en 2016 a “vulnerable” el estado de amenaza de los osos panda, y declaró que existen 1.864 ejemplares en el mundo.
El hábitat natural de los plantígrados se limita actualmente, según WWF, a seis zonas montañosas repartidas en las provincias chinas de Sichuan, Shaanxi y Gansu.
Panda gigante, animal vulnerable. Esa es la nueva figura que representa el nivel de preservación de un ícono global en la lucha por la conservación de la biodiversidad de la fauna. El panda no integra más la Lista Roja de Especies Amenazadas. La decisión de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN, por sus siglas en inglés) de retirar al panda de los registros de extinción más alarmantes validó los esfuerzos de las autoridades chinas -principal hábitat de este tipo de oso- de elaborar un plan para expandir las políticas de conservacionismo.
Que el panda ya no sea un animal en peligro de extinción condensa un clima álgido. Para el común denominador de la gente, que elaboró un imaginario colectivo de adoración y lo potenció hasta convertirlo en símbolo de proteccionismo, la noticia es esperanzadora y reconfortante. Su aspecto despierta carisma, ternura y simpatía. Es la imagen -convertida en ícono- de WWF ó Fondo Mundial para la Naturaleza, la mayor organización conservacionista independiente del mundo, durante el Congreso Mundial de la Naturaleza de Hawaii.
China se comprometió a revertir el drama y concentró su energía en regenerar, expandir y repoblar los bosques. Según un estudio nacional publicado en 2015, el hábitat se expandió un 12% con un total de 67 reservas naturales. Hoy la estimación es de 2.060 osos pandas, de los cuales 1.864 son adultos que han virado su estatus de “amenazados” a “vulnerables” en la lista roja.
Para Ginette Hamley, vicepresidente de conservación de vida silvestre de WWF, el caso de China es inspirador: “Es un ejemplo maravilloso de lo que puede pasar cuando un gobierno está comprometido con la conservación”. La concepción global es que el trabajo invertido por las autoridades para devolverle el hábitat a los animales y fundar nuevas reservas debe ser respaldado y coronado. Marco Lambertini, director general de la ONG que luce al animal en su logotipo, festejó la resolución como el comienzo de una era: “La recuperación del panda muestra que cuando la ciencia, la voluntad política y el compromiso de las comunidades locales van de la mano, podemos salvar la vida silvestre y también mejorar la biodiversidad”.
En la línea del gobierno asiático, los pronósticos ecológicos tampoco desbordan de optimismo. De acuerdo a estudios botánicos, el calentamiento global podría atacar los logros chinos en materia de recuperación de hábitats. El impacto del cambio climático causaría la desaparición de un tercio de los bosques de bambú en los próximos 80 años, de acuerdo a las estimaciones de los especialistas.
Con información de EFE