MÉRIDA, Yucatán, lunes 22/06/20.- Todo indica, luego de que la juez de Kanasín liberó al que vendió alcohol adulterado que mató a cinco persona, que los  que lo vendieron en la Colonia Maya y mató a nueve, y a gente de Chuburná Puerto también quedarán sin castigo.

El sábado publicamos que más tardo la Fiscalía en conseguir una orden de aprehensión contra Freddy Alexander M. P., que vendió licor adulterado que mató a cinco personas en Acanceh y Petectunich, que la juez de Kanasín Marissa Polanco Sabido lo exonere de toda culpa, porque según ella no se pudo demostrar que el fallecimiento de las víctimas fue a causa de las bebidas embriagantes que les vendió.

Según dijo, en las autopsias realizadas por el Servicio Médico Forense (SEMEFO) se indicó que la causa de la muerte fue intoxicación por sustancia no especificada, y los fiscales no pudieron proporcionar datos de prueba suficientes e idóneos para sustentar su acusación.

La Fiscalía General del Estado señaló que impugnará la resolución de la juez de control para que el caso sea revisado por el Tribunal Superior de Justicia del Estado

Como publicamos, este sujeto debería recibir poco más de 50 años de prisión por la muerte de las cinco personas, aunque la Fiscalía “pescó al pez más chico y dejó ir a la Ballena”

En Chuburná puerto murieron tres por beber alcohol adulterado en un un convivio familiar en un restaurante de esta comisaría, donde tomaron una bebida llamada “Whisky Artesanal”, sin saber que procedencia tenia. Se dice que detuvieron al que compró la bebida en Mérida.

Antes, murieron nueve personas que bebieron alcohol adulterado que les vendió “Ballena” en la colonia Maya, donde también vendía clandestino “Pitoloco”. Luego de la muerte de las nueve personas, estos dos sujetos desaparecieron y hasta su cuenta de Facebook cerraron.

Sin embargo, luego de ver el proceder de la juez Marissa Polanco, se puede concluir que si de casualidad detienen a los que vendieron alcohol adulterado en la “Colonia Maya” y a gente de Chuburná Puerto también los soltará, de modo que esas muertes quedarán impunes, como herencia maldita de la ley seca y se les endilgará al gobierno estatal.