PROGRESO, #Yucatán, martes 16/06/20.- Lupita Pech denunció que la comandante Melina Uribe Febles y otras policías la golpearon y que abortó, pues tenía dos meses de embarazo, luego que la detuvieron ilegalmente, junto con su esposo Roni Gonzalo Torres Mena.
Según publicó en su cuenta de Facebook, a ella y a su esposo los culpan del asesinato del policía Luis Manuel P. C., al que la semana anterior degollaron en una caseta policiaca de la colonia “Vicente Guerrero”.
Según dice Guadalupe Pech, la comandante Melina Uribe la acusó y a su marido de ser sospechosos de matar al policía, de modo que la llevaron a la cárcel donde, ella asegura que la golpearon salvajemente y la torturaron para que confesara y aceptara que estaba implicada en el asesinato.
La mujer asegura que fue brutal la golpiza, hija de Mario Pech Chacón, empresario pesquero, de modo que el bebé de poco más de dos meses de gestación que llevaba en su vientre murió.
Según dice, el miércoles, a las 03:00 de la madrugada, mandó a su esposo Roni Gonzalo a comprar un jugo en un Oxxo, ubicado en la calle 31 con 108, a pocas cuadras de su casa.
Al ir al Oxxo, Roni se topó con un conocido al cual le dio un aventón; al intentar pagar el jugo se dio cuenta que no llevó dinero, de modo que regresó a su casa con su amigo y en ese momento lo rodearon cuatro patrullas y los bajaron a golpes de una camioneta Chevrolet, modelo Tracker.
Según dice Guadalupe, Salió de su cuarto, donde dormía su pequeño hijo, y vio que en la puerta de su casa estaban patrullas y policías golpeaban a su esposo, mientras otros revisaban la camioneta Tracker, propiedad del padre de la afectada.
La mujer salió con su teléfono a grabar en video los hechos, pero, asegura, que la detuvieron y la golpearon tres agentes femeninos, entre ellos la comandante Melina, “quien me estaba ahorcando, a pesar de que le gritaba “estoy embarazada”.
Guadalupe asegura que al oír que estaba embarazada Melina ordenó a las policías que le pagaran en el vientre.
La denunciante dice que la llevaron a la comandancia municipal esposada, a pesar que les dijo que la casa se quedó abierta y con su pequeño hijo dormí en un cuarto, pero nunca la escucharon por la comandante Melisa Uribe, quien la siguió golpeando para callarla.
Según Guadalupe, cuando agentes de la Fiscalía llegaron a la cárcel municipal y constatar la forma como la detuvieron, los ministeriales indicaron que la dejaran en libertad, por motivos legales.