Mérida.- La Procuraduría del Consumidor (Prodecon) pidió considerar a las microfinanzas como una alternativa de inclusión financiera o como un mecanismo para otorgar el capital semilla para llevar a cabo iniciativas productivas o de emprendimientos no asistencialistas que ayuden a detonar micronegocios a segmentos de la población sin acceso al crédito tradicional.
El delegado de la Prodecon en Yucatán, Marco Antonio Ponce Hernández, sostuvo que para el segundo trimestre de 2014, poco más del 36 por ciento de la población económicamente activa (PAE) en México serán mujeres, ya no sólo dentro del hogar, sino también en diversos aspectos de la sociedad, como en el progreso y desarrollo socioeconómico del país, según datos del Instituto de Estadística y Geografía (INEGI).
Por ello, destacó, las microfinanzas son una buena opción para las mujeres que tienen la voluntad de trabajar, además de capacidades o proyectos que les permitirían mejorar sus condiciones de vida, pero simplemente no disponen del capital necesario para iniciar o para desarrollar su actividad económica.
El financiamiento de los pequeños emprendimientos implica el uso de tecnologías crediticias especializadas que se basan en el conocimiento de sus clientes, por ello los créditos tradicionales no son aptos para satisfacer las necesidades especiales que requiere cierto sector de la población, acentuó.
En el marco de la ponencia presentada dentro del “XIII Encuentro Nacional de Microfinanzas: “Impulsando una Evolución Integral de las Microfinancieras”, precisó que en México el sector de microfinanzas data desde principios de la década de los 90, sin embargo, es hasta el año 2000 que se presenta el mayor crecimiento en esta industria.
Las microfinanzas, indicó, surgieron en respuesta a la falta de acceso a servicios financieros formales para las familias de pocoss recursos, por ello este sector representa un instrumento necesario para combatir la pobreza, al concederse créditos a personas que no pueden acceder a préstamos tradicionales que otorgan los bancos, debido a los costos de transacción y a los numerosos requisitos.
En Yucatán la zona rural es un mercado potencial para las microfinancieras, pero requiere regular sus actividades para que los beneficiarios de los créditos tengan la certeza de que están adquiriendo un capital que les servirá para detonar sus proyectos productivos y que no se trata de un negocio ventajoso para quienes otorgan los préstamos, recalcó.
“No sorprende que el 75 por ciento de los beneficiarios de las microfinanzas en el mundo sean mujeres, las cuales representan entre el 93 y 95 por ciento de los clientes, mientras que en el crédito individual, el porcentaje de mujeres es de 62 por ciento.
De acuerdo con la Encuesta Nacional de Micronegocios de 2010, el 49.9 por ciento de los micronegocios en México está encabezado por mujeres, pues 80 por ciento de los clientes de las microfinancieras es mujer, de acuerdo con la Asociación ProDesarrollo, cifras que muestra que desempeñan un papel crítico en el desarrollo de la economía, asentó.
Yoisi Moguel.-