Oxkuztcab.- A sus 77 años, Juan Burgos Ayora es un ejemplo para niños y jóvenes beisbolistas yucatecos, pero especialmente en Oxkutzcab, donde junto a sus hermanos Antonio y Carlos fueron conocidos como los “Hermanos de la Destrucción” y fundaron una de las familias más prolíficas del deporte en la entidad.
Por ello, este domingo, en el marco del juego entre los Naranjeros de Oxkutzcab y los Forasteros de Akil de la Liga Naxón Zapata, se le rendirá un homenaje en vida: el retiro de su número 3, que se une a otros dos, el de su sobrino Juan José Pacho Burgos (1) y el de Julio Matos Escobedo (10), reconocido promotor deportivo de la “Huerta del Estado”.
En entrevista en su domicilio en Oxkutzcab, Burgos Ayora no oculta la felicidad por recibir ese reconocimiento en vida, ya que el béisbol ha sido y será su vida.
–Siempre que te reconocen en vida, es una alegría enorme, porque significa que hiciste bien las cosas, cada vez que saltaste al campo—comentó el lanzador zurdo, que está reconocido como el pitcher más ganador con los Naranjeros de Oxkutzcab.
Don Juan no olvida los momentos más importantes que vivió en su carrera deportiva, desde que en 1958 se hizo profesional con los Pericos de Mérida en la Liga Peninsular, Liga del Sureste y Liga Mexicana de Béisbol con los Leones de Yucatán.
–No puedo escoger un sólo momento, porque todos los atesoro, porque sin duda el béisbol es todo para mí, incluso ahora que soy el seguidor más fiel de los Naranjeros—recalcó.
De su carrera deportiva, señala lo siguiente:
–Tengo una anécdota que la deben creer porque así fue, así sucedió y es la forma en la que me hice pitcher zurdo. Fue mi padre, Juan Burgos Durán, quien no sólo me enseñó, sino que me obligó a ser pitcher zurdo, pues le gustaban ese tipo de lanzadores. Me amarraba el brazo derecho y para que lance a la zurda y sí que llegué a ser bueno—contó.
Como pitcher, Don Juan tuvo logros históricos en distintas ligas estatales, ya que en 1959 con los Bravos Ucú ponchó a 18, en 1960 le dio el campeonato de Escuelas Normales a San Diego Tekax, con un sin hit ni carrera, que debió ser perfecto, pero un error del primera base lo impidió.
Igual en 1963, en el Carta Clara, Burgos Ayora lanzó 17 entradas y dos tercios con Suma de Hidalgo y salió sin decisión, ya que ganó William Ávila sin tirar al pentágono, pues sacó el último tercio con una revirada a la inicial, y en la baja de la entrada 18, le dieron la vuelta al marcador y ganaron 3-2 ante Adriano Wong, quien lanzó todo el juego y perdió.
En 1967 lanzó 16 entradas en el Campeonato del Sur con los Naranjeros y rompió el récord de 13 de Jaime Granados. En 1968 ponchó a 23 e impuso récord.
Tampoco olvida el año 1973 con los Leones, cuando le tocó lanzar al inmortal Héctor Espino (Alijadores de Tampico) y lo eliminó tres veces. Ese mismo año le pitcheo a Miguel Suárez, quien con los Diablos Rojos de México llevaba 10 hits seguidos y el oxkutzcabense lo dominó con un batazo a la segunda base.
Otro dato que no se le olvida fue cuando en 1975 ponchó a 18 y su rival Javier “Asustado” Vázquez nulificó por esa vía a 17, y entre ambos chocolatearon a 35, marca que aún se mantiene vigente.
En 1980 fue nombrado por Gabriel “Naxón” Zapata, presidente de las Ligas Sureña e Interestatal, el jugador más valioso de la década de 1970 a 1980.
De él, su esposa Gloria Aceneth Vega Granados admitió que siempre lo admiró, porque era un gran pelotero y estaba guapo.
–¿Ahora ya no?, se le pregunta.
–Ahora lo veo de otra manera, sigue guapo, pero somos grandes amigos—aclaró mientras lo abraza con una veintena de trofeos a sus espaldas.
Sobre su sobrino, Juan José Pacho Burgos, quien es miembro del Salón de la Fama del béisbol mexicano y es el máximo orgullo de toda la familia, pero más de don Juan, a quien se le infla el pecho cuando habla del “Chelito”, a quien junto con su cuñado entrenó cuando era un niño.
–Es mi máximo ídolo—resume rodeado de su esposa, hijos y nietos.