MÉRIDA, Yucatán, martes 25/11/25.- Totalmente ebria y drogada, la buena para nada de Clarisa G.H., de 21 años de edad, no soportó que su madre le llamara la atención y sin medir consecuencias le clavó en el pecho un cuchillo de cocina con intención de matarla.

Sin embargo, en el juzgado de Umán, el paraíso de los delincuentes y botín de los jueces hizo que descaradamente la juez se la pusiera fácil, pues la imputó por el delito de lesiones calificadas agravadas, en lugar de tentativa de feminicidio, y para agravar su descaro la juzgadora la dejó libre. Cinismo puro.

Una vez detenida, esta malnacida la consignaron a la juez de control de Umán, Iliana Elizabeth Álvarez de la Cruz, quien le impuso medidas cautelares diversas a la prisión, como firmar periódicamente; no salir del Estado sin autorización judicial; someterse a cuidado y vigilancia; no acercarse al lugar de los hechos, y no acercarse a su mamá y a los testigos de ella.

Hoy, la descarada juez deberá vincular a Clarisa, quien libre y campante puede seguir embriagándose y drogándose, la debe vincular a proceso penal. Total descaro sería si decide no vincularla.

EL CUCHILLAZO: Fue el lunes 17 de noviembre, a las 16 horas, cuando Clarisa estaba en una casa de la calle 38-B entre 51 y 53 del fraccionamiento Piedra de Agua, de Umán, y luego que discutió con su madre, le clavó un cuchillo en el pecho, pero por fortuna no lesionó de gravedad a su progenitora, aunque su intención era asesinarla.

Al ver lo que había hecho, la NINI Clarisa se retiró, pero posteriormente la detuvieron policías de la Secretaría de Seguridad Pública.