TIZIMÍN, Yucatán, domingo 12/10/25.- La mentira y la hipocresía por delante: Como no venía el gobernador, ni invitados de “caché”, la presidenta del DIF Municipal intentó transmitir que es del “pueblo” y para su informe vistió un pantalón y blusa blanca bordada.

Y, tal como lo anticipó El Grillo, la Dzulita lloró, pero no por la emoción de un trabajo bien hecho y de resultados apabullantes, sino que lloró cuando nombró al innombrable de su marido, el alcalde Adrián “Lata de Gas” Quiroz, porque recordó sus infidelidades, pero no puede gritarlo a voz en cuello… que frustración la de la señora.

LES CONTAMOS: Con casi dos horas de retraso, sin la presencia de ciudadanos ni resultados propios qué presumir, anteaoche la Dzulita Lina Fernández Alcocer rindió un informe vacío, en el que solo resaltaron los agradecimientos y los llantos.

La ceremonia, que se llevó al cabo en la cancha de la Valencia, se caracterizó por la austeridad, la notoria ausencia de políticos que respalden a su esposo, también conocido como CaraBobo, y la frialdad de un acto meramente protocolario.

El evento, que tradicionalmente era una vitrina para mostrar avances respecto a la asistencia social, se convirtió en una pasarela de presentaciones a los invitados.

CHEN XLA PANTALÓN: Esta vez no hubo trajes de diseñador, pero si discursos conmovedores; Lina Fernández rompió con su costumbre de atuendos lujosos y esta vez optó por vestir un pantalón y blusa blanca bordada, en un intento por mostrarse cercana y sencilla, después que en cada evento luce los outfits más caros, de hasta 100 mil pesos, como el que uso el día del informe del inepto de “CaraBobo”.

La Dzulita Fernández Alcocer entró a la Valencia acompañada de su esposo (como el payaso, que ríe por fuera y llora por dentro) y con ligera vergüenza, sus tres hijos y la presidenta estatal del DIF, Wendy Méndez Naal, quien fue la única que le vino a dar su respaldo.

LOS GRANDES AUSENTES: Sin embargo, la ausencia de su madre y del papá de la “lata de gas”, el doctor Arnulfo Quiroz Aparicio, no pasó desapercibida: ¿A caso le de vergüenza asistir a un evento donde él ha sido testigo del gran robo del año que ha hecho su hijo?.

LA CEREMONIA: Empezó con un video institucional claramente preparado para el lucimiento, pero sin conexión con la realidad diaria que vive la población más vulnerable de Tizimín; a los más vulnerables tienen que sacarlos en pantallas y en vivos de la locheña Doris Canul para que el gobernador Huacho Díaz voltee a ver los casos vulnerables que aquejan al municipio.

La Dzulita enlistó los apoyos entregados durante el año, aunque buena parte de ellos son sillas de ruedas, bastones, burritos, leche y galletas que provienen directamente del Gobierno del Estado y no de gestiones municipales propias.

El único logro que Lina Fernández se atribuyó como propio, pero es un plan muy viejo del DIF Yucatán, fue la apertura de cocinas comunitarias, aunque incluso éstas enfrentan crisis por qué se reportan días en que no hay carne para preparar los alimentos, y las cocineras deben improvisar con lo poco que hay, estirando ingredientes y haciendo malabares para rendir guisos sin proteína animal.

El trasfondo político del evento tampoco puede ignorarse: Las críticas a la administración del “CaraBobo” siguen en aumento y su gestión ha sido señalada por los desvíos de recursos y una evidente falta de atención a las necesidades de la ciudadanía.
La “transformación” prometida se ha convertido en un retroceso, con una ciudad cada vez más rezagada.

EN RESUMEN: El informe de la Dzulita Lina Fernández no fue más que un formalismo sin contenido, un acto vacío, desconectado de la realidad y sin propuestas claras para mejorar la calidad de vida de las mujeres, niños y abuelitos.

GRILLO PROFETA: Y, tal como lo anticipó El Grillo, la Dzulita lloró y se cumplió la estrofa de la canción de Leo Dan la “niña está triste”, sólo que ahora diría “La Lina está triste” y fue justamente cuando le tocó agradecer a su inepto marido cuando se le quebró la voz y a punto del llanto, con lágrimas en los ojos del coraje y la impotencia por las infidelidades que hoy enfrenta.