TIZIMÍN, Yucatán, martes 30/09/25.- Apropiándose de un espacio público, que volvió privado, con la complicidad del alcalde Adrián “CaraBobo” Quiroz, el Jr. Emanuel Díaz Loeza abrió el restaurante “Cuerno de Fuego” en el mero centro de la ciudad.

Este sujeto es compadre y “marido” de toda la vida del alcalde “CaraBobo” y hermano del ex secretario de la Seder, Jorge Díaz Loeza, quien perdió las elecciones ante el morenista, porque se unió a otro corruptazo, como lo es el ex alcalde Mario “Baches” González.

LA HISTORIA CALLADA: Sin ruido y sin corte de listón, un nuevo restaurante-bar comenzó operaciones en pleno centro de Tizimín, justo frente al parque principal, con vista privilegiada a la emblemática Parroquia de los Tres Reyes y al lado del edificio del comité municipal del PRI.

Un establecimiento que, lejos de ofrecer un espacio accesible para todos, parece haber sido diseñado exclusivamente para una clientela selecta, con decoración sofisticada y especialidad en cortes finos de alto costo.

Hasta aquí, nada extraordinario, pues al final el nuevo negocio busca su nicho, pero lo que ha comenzado a levantar cejas y murmullos es la identidad del verdadero propietario, pues nada más y nada menos que es Emanuel Díaz, figura conocida no solo por su vida social, sino por sus conexiones.

Este sujeto ha sido beneficiado desde administraciones anteriores en obras, pues junto con “Zapote” hicieron su propio enriquecimiento cobrando su diezmo y siendo favorecido en obras en municipios del interior del estado.

SE ESCONDE: Esta “Cara bonita” ha optado por operar el negocio alejado del reflector, dejando que el restaurante crezca “sigilosamente”, como si se tratara de una estrategia premeditada para evitar cuestionamientos incómodos.

OCUPA LUGAR PÚBLICO: Pero el malestar no nace únicamente del perfil del restaurante ni de quién está detrás, sino de cómo se logró abrir: Para instalarlo, Emanuel ocupó prácticamente todo el callejón conocido como el “Bazar del banco”, un paso público utilizado durante décadas por los ciudadanos y comerciantes del centro.

Ahora, al apropiarse de ese espacio público, solo quedó un angosto corredor para los peatones, mientras que los locales ubicados detrás han perdido visibilidad y afluencia.

Algunos de estos comercios tienen años operando y hoy se sienten desplazados por un proyecto que lejos de impulsar al pequeño empresario, parece responder al poder de las relaciones personales.

En tiempos donde la 4T prometía transparencia se vuelve a evidenciar la facilidad con la que ciertos personajes, amparados por sus vínculos políticos, acceden a espacios privilegiados sin los filtros y procesos que otros deben cumplir.

Pero mientras en el discurso del alcalde “Lata de Gas” habla de apoyar el desarrollo económico, en la práctica y a la vista los beneficios siguen quedando en manos de los compadres y amigos de él.