ESPITA, Yucatán jueves 29/05/25.- Mientras el alcalde Mario Sánchez Esquivel (a) “Coqueta” presume una Comuna de “puertas abiertas”, la realidad en el municipio dista mucho de eso, en lugar de una casa del pueblo, el Palacio Municipal parece un búnker.

Así es, el alcalde emanado del PVEM ha blindado el palacio, donde las decisiones se toman en secreto, entre compadres, en lo oscurito y a espaldas de la gente, como bien dice la síndica, pero no lo dice porque sea democrática, sino por le soplan los ovarios los de Morena.
EN CONTEXTO: Desde hace varios meses, el alcalde “Coqueta” decidió que las sesiones de Cabildo ya no necesitan público, ni grabaciones, ni mucho menos testigos incómodos: La orden es clara, nada de celulares, transmisiones prohibidas, y la voz del pueblo… silenciada.
ACUERDAN EN LO OSCURITO: ¿Y qué se decide en esas sesiones secretas? Licitaciones, permisos, cuentas públicas y todo lo “delicado” que no debe ver la luz del día. Todo con el visto bueno de sus regidores cercanos, que aplauden en vez de cuestionar.
Y si alguien intenta romper el silencio, se apagan los micrófonos. La síndica municipal Lidia Beatriz Díaz ya lo denunció: hacen “precabildos” a espaldas de quienes no bailan al son del alcalde. Una vez intentó transmitir una sesión, y le cortaron la señal.
Pero eso sí, se saltan la ley con estilo. La norma dice que debe notificarse por escrito y con antelación sobre las sesiones, y que los regidores deben tener los documentos de la cuenta pública al menos tres días antes. En Espita, les avisan con una hora de anticipación, como si fuera fiesta privada y solo entran los invitados VIP.
¿Y el pueblo? Se entera después, cuando ya todo está firmado, sellado… y quién sabe si arreglado.
Lo que pasa en Espita no es gobierno abierto, es teatro oscuro. Un guion escrito entre pocos, con las cortinas bien cerradas y las decisiones bien guardadas bajo la mesa.: Lo escondido es prohibido… obras a amigos, moches, y demás…