MÉRIDA, Yucatán, lunes 28/04/25.- Aunque sus papás tienen mucha lana por tanto saquear a Progreso, la diputada chapulina María Esther Magadán Alonzo es más dura que la laja de Yucatán.

Esto quedó demostrado ayer en la Feria de la Cebollitas de Ixil, donde no compró nada, quería que le regalen los productores el fruto de su esfuerzo.

La chapulina recorrió los puestos de los expositores y, a diferencia de otros integrantes de la comitiva que sí compraron sus atados o sus encurtidos con las afamadas cebollitas, la hija de Magadán quería que le regalaran los productos.

Fue tanto su gandallismo que hasta gallaseó una michelada. Resulta que en uno de los puestos que recorrió ya no tenían cebollitas porque las vendieron todas, pero el hijo de la productora, una mujer de unos 80 años, estaba vendiendo micheladas y tuvieron que mandarle una a la diputada chapulina.

Así se las gasta esta insensible diputada nacida en la opulencia, y encima con un sueldazo de miles de pesos que pagamos todos los yucatecos. Al menos que sea esplendida cuando visite los pueblos de Yucatán, que no se aproveche de los productores.

BOFETADA CON GUANTE BLANCO: Una actitud muy distinta tiene el alcalde de Progreso, Eric Rihani, quien cuando llevó a Xmatkuil a expositores progreseños evitó a toda costa que tengan pérdidas. Como informamos en su oportunidad, en noviembre del año pasado se hizo el Día de Progreso en Xmatkuil, el cual trataron de boicotear los directivos de la feria, que llegaron tarde.

Debido a su demora, Erik Rihani tuvo que hacer un segundo recorrido pues ya había hecho unos apenas se cortó el listón inaugural. Sobra decir que los directivos de la feria y sus acompañantes gallasearon a más no poder, pero detrás iban empleados del ayuntamiento de Progreso que tenían la instrucción de pagarles a los expositores todo lo que chayotearan los de la Feria.

INTELIGENCIA Y SENTIDO COMÚN: Un periodista le hizo la observación a Erik Rihani y éste respondió: no los traje a que pierdan. Eso dice todo de un líder que cuida de su gente, no como la chapulina que nada en la opulencia y encima gallasea.