MÉRIDA, Yucatán, martes 15/04/25.- Para tratar de que les perdonen sus pecados, los más graves, sobre todo, como ROBAR, MENTIR y TRAICIONAR, en el gabinete “Lechista” trataron de recrear la pasión de Jesús, pero NO pudieron: Sólo hay Judas.

Sí, así como lo lees, no encontraron a Jesús, ninguno merece siquiera representar a la figura central del cristianismo, aunque vayan a romperse el pecho a misa, porque luego roban, mienten y traicionan.

Al tratar de escoger entre los secretarios del estado, se dieron cuenta que sólo había traidores, es decir que encajan perfectamente en el papel de Judas y ni siquiera hubo animales como el burro, en el que llegó Jesús a Jerusalén.

Traidores? Luis Hevia, Edgardo Rodríguez; Panchairo Torres; Jacinto Sosa Novelo; Alaine López Briceño; Domitilo Carballo; Felipe Duarte, y Elizabeth Gamboa, entre algunos de las decenas de Judas que están en Morena para seguir robando o por lo menos mamar del erario.

Otros personajes que sobran son los Pilatos, es decir los que se lavan las manos ante cualquier error, omisión o culpa, como Hernán Hernández Rodríguez, de Protección Civil, en cuya conciencia, si es que la tiene, lleva OCHO muertos del año anterior, por un huracán.

Raúl Osorio, quien se lava las manos de su trabajo en la Beneficencia Pública y se dedica a farolear y a subir fotos de todo, menos de su labor.

Para colmo de males, a la Magdalena, a la que sólo llorar hace, ya la corrieron, por cantar en vez de trabajar, es decir a la Federica Quijano, de cuyo nombre muchos no quieren acordarse.

Sin duda alguna, no hay una funcionaria capaz de asumir con dignidad el papel de María, la madre de Jesús, porque en una dependencia sobra prepotencia, soberbia y trato déspota, como el de Sisely Burgos Cano, en SEMUJRES, o vanidad, soberbia y pesadez, como en Obras Públicas con Alaine López Briceño.

En fin, lo cierto es que los secretarios de estado yucatecos no pudieron expiar sus culpas, pues no había personas dignas de representar a los personajes que participaron en la última cena, pasión y crucifixión de Jesús, quien al resucitar al tercer día se convirtió en Jesucristo.