MÉRIDA, Yucatán, lunes 27/01/25.- (JAC) El alcalde de Tunkás, Jorge Kuh, ha respondido con evasivas a las críticas que lo señalan por su reciente cambio de partido político, dejando el Partido Acción Nacional (PAN) para sumarse a Morena.
Sin embargo, su respuesta, lejos de aclarar los cuestionamientos, ha creado más incertidumbre sobre las razones detrás de su decisión, pues en lugar de abordar las acusaciones sobre su cambio de lealtad política y las sospechas de que su movida estuvo motivada por un apoyo económico de medio millón de pesos, Kuh optó por centrarse en un mensaje evasivo y “filosófico”.
“Las adversidades y oportunidades que estamos pasando, créanme que todo tiene un por qué”, aseguró el edil, buscando un enfoque más general en temas de sabiduría, salud y paciencia.
Este tipo de respuesta, lejos de ofrecer una explicación clara o justificación concreta de sus acciones, parece desviar la atención hacia un discurso poco relacionado con las preocupaciones de la ciudadanía.
El hecho de que no se haya abordado de manera directa el cuestionamiento sobre los presuntos “cañonazos” de dinero y la supuesta compra de voluntades entre presidentes municipales, deja entrever que Kuh prefiere evitar la confrontación con un tema tan polémico.
Además, al enfocarse en valores como la paciencia y la sabiduría, Kuh no hace más que aumentar la desconfianza del público.
Este tipo de discurso solo refuerza la idea de que las decisiones tomadas no tienen una justificación transparente, alimentando aún más la percepción de que las razones detrás de su cambio de partido no son tan claras como deberían ser para un servidor público.
Al intentar proyectar serenidad y calma con un discurso cargado de filosofía, Kuh ha adoptado la imagen del “Kalimán yucateco”, un personaje que finge una tranquilidad inquebrantable ante la tormenta, pero que en realidad está evadiendo los problemas reales que afectan a la comunidad.
La actitud de “todo tiene un por qué” no solo es insuficiente para calmar las aguas, sino que además no responde a los intereses de los ciudadanos que exigen transparencia.
Mientras la ciudadanía espera respuestas claras, el alcalde parece más inclinado a eludir la cuestión central con discursos que poco tienen que ver con las inquietudes de quienes lo eligieron. La falta de transparencia en este asunto deja una marca sobre su gestión y plantea serias dudas sobre sus verdaderas intenciones en la política local.