MOTUL, Yucatán, sábado 18/01/25.- En un acto que ha encendido la indignación de los habitantes de Kancabal, el exalcalde Roger #ZorroRata Aguilar Arroyo le regaló a la ex comisaría María Olda del Carmen Herrera Balam un terreno donde se practicaba béisbol.

Ese terreno, clave del deporte local, que durante más de 40 años les ha servido a los beisbolistas de la comunidad, lo regaló para lograr favores políticos y ganancias personales.

Ahora la ambiciosa mujer, quien se prestó a la corrupción galopante del #ZorroRata, busca utilizarlo para instalar un expendio de cerveza, denuncian personas de Kancabal, molestas con el corrupto y ladrón ex alcalde, como lo califican.

LA HISTORIA DEL DESPOJO: La disputa por el terreno inició en diciembre de 2021, cuando el hijo y la nuera de la comisaria irrumpieron en el inmueble, ubicado junto al campo de béisbol, y destruyeron vestidores y un tinglado construidos por los jugadores locales. Este acto fue el primer paso en una controversia que los vecinos llevan años denunciando como un atropello.

A pesar de que los beisbolistas han invertido recursos propios para mejorar el espacio deportivo, la familia de la comisaria se adjudicó el terreno sin presentar documentación legal.

El enfrentamiento alcanzó su punto álgido cuando, en 2023, el director del Catastro Municipal, Miguel Uicab, les otorgó papeles a nombre de los supuestos propietarios por órdenes directas del entonces alcalde Roger Aguilar Arroyo.

LOS VERDADEROS INTERESES DETRÁS DEL DESPOJO: Los habitantes afirman que este despojo no es casualidad, sino que el terreno fue cedido como parte de un acuerdo político entre Aguilar y su exsecretario de la comuna, José Carlos “Puruxón” Ortega, quien fue candidato a la alcaldía de Morena en las elecciones de 2024. El objetivo, según denuncian, era asegurar el apoyo de la comisaria Herrera Balam a la campaña del obeso ex funcionario municipal.

Ahora, la comunidad acusa que el verdadero propósito de este movimiento es convertir el espacio en un expendio de cerveza, una idea promovida por la comisaria y su familia. Esto ha creado más rechazo, ya que el terreno representa no solo un espacio deportivo, sino también un lugar de convivencia familiar y un símbolo de la unidad del pueblo.

LA LUCHA POR EL PATRIMONIO DEPORTIVO: La gente y jugadores de béisbol han están molestos y exigen justicia y dicen que no es justo que por cuestiones políticas les quiten un espacio que les ha servido durante poco más de 40 años.

Afirman que los documentos que entregó el Catastro Municipal podrían ser apócrifos, lo que agrava las sospechas de corrupción en este caso.

Mientras tanto, la comunidad se mantiene firme en su lucha por recuperar el terreno, que consideran un patrimonio deportivo y cultural de Kancabal. La indignación crece, y los habitantes advierten que no permitirán que el deporte sea víctima de la ambición política y económica de unos cuantos.