MÉRIDA, Yucatán, martes 07/01/25.- A fin de que pase el menor tiempo en la cárcel, el encargado del motel “Las Delicias de la 50”, el yucateco Rosendo Fabián R.E., “cantó” todo lo que sucedió con Julio César M.Ch., a quien mataron dentro del inmueble y cuyo cadáver dejaron en la calle, el 24 de diciembre, para que no los culparan.
Fuentes de la Policía Estatal de Investigación informaron que la causa de muerte de Julio César fue traumatismo torácico cerrado, es decir lo golpearon fuerte, y que, previamente, había sido drogado.
Como informamos antes, falta por detener a otros participantes en el crimen, una falena originaria de Puebla, llamada Dulce María P.L. (a) “Azul” y al hijo del dueño del motel, Jordy Martín E.C., ambos prófugos, pero que podrían ser aprehendidos en cualquier momento, luego de haber declarado falsamente ante las autoridades.
El ahora occiso y “Azul” se embriagaron en una cantina ubicada en la esquina de las calles 50 con 67, donde se pusieron de acuerdo para hacer “dzis” (sexo), pues el sujeto tenía bastante dinero, porque había cobrado su aguinaldo y su caja de ahorros.
Incluso están implicados dos sujetos más, Francisco Antonio C.L., originario de Tamaulipas, al igual que Álvaro C.M., de Michoacán, ambos empleados del motel, al igual que de otros, cuyo propietario es Martín Wenceslao E.E.
El primer detenido, el ex tierrero y ratero Dalarie Yhoel C.H. (a) “Melvin”, quien, al parecer, no tuvo gran participación en el hecho, pues sólo acompañó al tamaulipeco esa noche y después de que éste se negó a tirar el cuerpo en la calle, a Melvin lo convencieron por Jordy para que lo hiciera, a lo que accedió.
LA HISTORIA: Julio César entró al motel poco antes de las 7 de la noche del martes 24 de diciembre, acompañado de “Azul”, quien vivía ahí y trabajaba como prostituta, con el visto bueno de Rosendo Fabián.
Al ver que Julio Cesar tenía algo de dinero consigo, le dio a tomar un medicamento en una bebida y, una vez disminuido físicamente, trataron de despojarlo de sus pertenencias, pero opuso resistencia y lo golpearon por el hijo del dueño del lugar y uno de los empleados, hasta matarlo.
Luego les pidieron a los empleados a que los ayudaran a sacar el cadáver y lo depositaran al lado, donde se ubica otro motel rival y lo dejaron a las puertas del lugar.
Cuando “Melvin” sacó el cadáver, esta acción quedó garbada en las cámaras de seguridad lo mismo cuando los demás huyeron.
A Rosendo Fabián lo pusieron a disposición de la juez de control Yazmín Ojeda Alayón, quien lo imputó por los delitos en materia de cadáveres y encubrimiento, cuyas penas van de TRES días a TRES años de cárcel y de SEIS meses a CUATRO años, respectivamente.
La juez Ojeda Alayón le impuso la medida cautelar de prisión preventiva justificada y programó la audiencia para vincularlo a proceso penal para el jueves 9 de enero.