MÉRIDA, Yucatán, jueves 21/11/2024.- Durante décadas, Mérida y Yucatán gozaron de una reputación envidiable como una de las zonas más seguras del país, pero en apenas 52 días de gobierno, Joaquín #HuachoTuzquep Díaz Mena ha hecho que se pierda esa percepción.

Aumento en los delitos de alto impacto, señales de infiltración del crimen organizado, y una cúpula política que parece más interesada en aprovecharse del erario que en salvaguardar a los yucatecos son ahora la percepción de los yucatecos.

Los cárteles del narcotráfico han comenzado a marcar presencia en Mérida, utilizando la ciudad no solo como un mercado emergente, sino como un centro estratégico para operaciones de mayor alcance.

Detenciones como la de Aldrin Miguel Jarquín Jarquín, alias “El Chaparrito”, dejaron al descubierto que Yucatán no es la fortaleza impenetrable que una vez fue.

Mientras los ciudadanos miran con preocupación esta escalada de violencia, el gobierno de Díaz Mena parece más ocupado en darle refugio político a priistas reciclados y funcionarios quintanarroenses, que han encontrado en Yucatán una tierra fértil para sus prácticas corruptas.

EL EFECTO CUCARACHA EN EL GABINETE DE #HuachoTuzquep: Es imposible no notar cómo viejos rostros de la política priista han tomado posiciones clave en esta administración, sumándose al séquito de políticos foráneos que se han “pegado” al nuevo gobernador.

Estas figuras, conocidas por sus pasados cuestionables en Quintana Roo, Lino Magos, Laura Beristain, entre otros por mencionar, parecen haber traído consigo no solo su ambición desmedida, sino un modus operandi que prioriza el saqueo del presupuesto público. Este es el verdadero efecto cucaracha que afecta a Yucatán: la corrupción como legado de administraciones fallidas.

¿Y LA SEGURIDAD? BIEN, GRACIAS: Mientras tanto, los delitos van en aumento. La llegada de cárteles de la delincuencia no solo pone en riesgo la seguridad de los yucatecos, sino que amenaza directamente su calidad de vida. Mérida, que antes se enorgullecía de ser una ciudad santuario, ahora comienza a mostrar grietas. Robos, extorsiones y un visible crecimiento de actividades criminales reflejan la falta de estrategia del gobierno estatal para contener esta ola de inseguridad.

EL VERDADERO PROBLEMA: El problema no es únicamente la inexperiencia de Díaz Mena, sino su aparente falta de compromiso para enfrentar las necesidades urgentes de la población.

Al rodearse de oportunistas políticos y no de verdaderos estrategas, su gobierno camina en dirección contraria a las expectativas de los yucatecos. Cada día que pasa, la corrupción y la violencia avanzan mientras el mandatario parece más preocupado por favores políticos y compromisos partidistas que por proteger a su estado.

El sueño de mantener a Yucatán como un lugar de paz y prosperidad está en riesgo, aunque Joaquín #HuachoTuzquep aún tiene tiempo para corregir el rumbo, pero cada día que pasa sin actuar sólo refuerza la percepción de que su administración no es más que un experimento político fallido, donde la corrupción y el oportunismo están ganando la batalla.- (Jhony Alamilla Castro)