CENOTILLO, Yucatán, miércoles 30/10/2024.- Javier Arcángel May Meléndez, conocido por el pintoresco apodo de “Javi Mocho”, es el epítome de la corrupción, el abuso de poder y la total falta de ética pública.

De acuerdo con cenotillenses, su ascenso en la política local no ha sido por méritos, sino por su desmedido servilismo hacia Edgardo Medina, (a) “Yuri,” quien lo respalda y lo usa como peón en su juego de poder en la región.

El resultado: un personaje que ha acumulado escándalos en el pueblo, convirtiéndose en un vergonzoso ejemplo de todo lo que un servidor público no debería ser.

CARGO EN EL COBAY: Uno de los aspectos más sombríos de su historial es su comportamiento en el Colegio de Bachilleres de Yucatán (COBAY), donde Edgardo Medina, como pago político, lo colocó en el cargo de supervisor en la zona oriente del COBAY.

Sin embargo, lejos de ganarse el respeto de la comunidad educativa, May Meléndez se ha forjado una reputación basada en el acoso y la intimidación, indican nuestros informantes, quienes agregaron que testimonios de estudiantes y docentes describen situaciones de abuso y un ambiente tóxico, donde “Javi Mocho” usa comentarios groseros y ofensivos para intimidar a las mujeres.

Cuando le pedían papel de baño, cuando era encargado de la biblioteca, este sujeto les pregunta a las damas si van a “cagar o wishar”, además de que buscaba el momento para jalarles el elástico de sus brasieres.

“Es un ambiente tan vergonzoso, que tanto alumnas como maestras evitan ciertos espacios para no cruzarse con él, convirtiendo la institución en un lugar de incomodidad y temor”, precisó uno de los informantes.

DESVÍA RECURSOS: Pero no solo sus acciones dentro del COBAY han despertado la indignación pública. Fuera de la institución, May Meléndez ha sabido explotar los recursos federales a su favor, valiéndose del programa “Jóvenes Construyendo el Futuro” para beneficiar a allegados.

En colusión con dueños de una peluquería en el mercado y del local de venta de comida china de su cuñado “polla” registraron como “becarios” a los empleados de la panadería, logrando que sus sueldos los paguen fondos públicos sin que la empresa asuma ningún costo.

Una maniobra que, más que astucia, demuestra el cinismo de alguien que ve en los programas sociales una oportunidad de enriquecimiento personal y no un medio para el desarrollo de la juventud.

AÚN HAY MÁS: Como si esto fuera insuficiente, May Meléndez se ha aprovechado de su influencia para meter a su esposa y a su cuñada en cargos públicos como servidoras de la nación, dejando claro que, para él, el servicio público es un recurso familiar: Nepotismo y corrupción van de la mano en su trayectoria, burlándose abiertamente de los principios de honestidad y transparencia que se supone deberían guiar a todo funcionario.

DEPREDADOR: Para colmo, este personaje ha demostrado también una absoluta falta de respeto por el medio ambiente, siendo acusado de poseer tortugas Hicotea, una especie en peligro de extinción. La posesión de estos animales es un delito federal, pero parece que “Javi Mocho” cree estar por encima de las leyes que deberían proteger a nuestra fauna.

Y, por si todo esto no fuera suficiente para alarmar a la ciudadanía, recordemos su vergonzosa campaña donde, en un intento de ganarse el favor de sus seguidores, subió un meme con un six de Morena para atraer a los beodos de la localidad. Con esta “estrategia”, May Meléndez demostró su poca seriedad y el nulo respeto que tiene hacia la comunidad de Cenotillo.

TRISTE SITUACIÓN: Es triste que el COBAY esté bajo la supervisión de alguien como Javier Arcángel May Meléndez, quien parece menos un líder y más una carga, un personaje que contribuye al deterioro moral y ético de la política local. Cenotillo merece funcionarios con integridad, no peones manejados en las sombras, que representan la corrupción y decadencia de nuestra política local.