CHETUMAL, Quintana Roo, miércoles 17/07/24.- El INAH rescata y restaura un mascarón prehispánico único: tiene la imagen de un jaguar estilizado descubierto en 1997 por el arqueólogo yucateco Luis Raúl Pantoja Díaz, cuando colaboraba en el Proyecto Oxtankáh, a cargo de Hortensia de Vega Nova.

Oxtankáh es la ciudad prehispánica más importante de Chetumal, Quintana Roo, y ahí especialistas también trabajan en los enlucidos de la Capilla del siglo XVI, donde recuperan un grafiti de tres naves españolas y restauran cuatro incensarios descubiertos en la Estructura 1 de Plaza Abejas de Oxtankáh.

La antigua ciudad maya se extendió durante poco más de 1,500 años en la región de la bahía de Chetumal, en el sureste de Quintana Roo.


Pantoja Díaz explicó que el mascarón decora la Estructura 4 de Plaza Abejas y representa un jaguar estilizado y posiblemente representa el Huitz (cerro de los mantenimientos en la concepción maya.

El mascarón, que datada del periodo Clásico Temprano (200-650 d.C.), le da al edificio una importancia simbólica relevante, ya que tiene una planta laberíntica y la orientación de la fachada hacia el este, marca el nacimiento del nuevo día.

Como parte del Proyecto Arqueológico Oxtankah-Promeza, ejecutado por la Secretaría de Cultura del Gobierno de México, a través del INAH y del Centro INAH Quintana Roo, Cristian Hernández Ortega hizo la evaluación preliminar y la intervención directa de los bienes muebles y bienes asociados al inmueble, incluido el mascarón prehispánico para recuperar su estabilidad y revertir los daños causados por el tiempo.

Revisó informes de temporadas previas, en particular las que lideró De Vega Nova, a finales de los 90, para conocer las intervenciones que tuvo el mascarón, un elemento frágil que resultó afectado por el paso del huracán Dean, en 2007, que derribó la palapa que lo protegía y, al recibir una precipitación pluvial inusitada, elevó su concentración de humedad.

Hernández Ortega aseguró que el tratamiento del estuco modelado, que en su parte central tiene 3.54 metros de longitud y 48 centímetros de altura máxima, comenzó con una limpieza del repinte, a base de agua-alcohol e hisopo rodado, lo que permitió delimitar el resane del original.

Los trabajos tuvieron varias etapas, en un proceso gradual, en el que usaron varios materiales.

GRAFITI EN LA CAPILLA DEL SIGLO XVI: Sobre el estuco que conserva la capilla del siglo XVI, la restauradora dijo que se mantiene en 30 por ciento de la superficie del muro norte, pero tenía disgregación en aplanados gruesos y enlucidos, y oquedades y crecimiento de plantas y microorganismos en otras zonas.

En 1988, en la jamba sur del baptisterio se registró un grafiti con la escena de tres naves, cuyos autores fueron, probablemente, los albañiles mayas de Temalcap (el pueblo colonial fundado en las inmediaciones del sitio prehispánico) que vieron el arribo de esos barcos que transportaban a los españoles.

Previo registro, la imagen quedó oculta en la última intervención con una capa de recubrimiento, ante el mal estado de conservación del estuco.

Además, Hernández Ortega destaca la restauración de cuatro incensarios recuperados en esa temporada del Promeza, en la Estructura 1 de Plaza Abejas y debido a que las piezas fueron “matadas” (destruidas intencionalmente) en época prehispánica, se necesitó un registro pormenorizado de cada fragmento para armar esos “rompecabezas”, que corresponden a figuras antropomorfas, quizá representaciones de divinidades mayas.