MÉRIDA, Yucatán, viernes 19/04/24.- (Martha López/El Grillo) Con un ensamble de alientos metales y maderas, otro de cuatro cornistas y una orquesta de cuerdas, la Sinfónica de Yucatán interpretará el fin de semana obras de Stravinsky, Hübler y Schubert.

“Será un repertorio peculiar que representa un eslabón importante en la evolución de la música del siglo XIX al XX”, informó la directiva de la OSY, al dar a conocer el programa de este fin de semana, que estará bajo la batuta del maestro, José Areán.

La OSY informó que el precio de los boletos asciende a 300 pesos, disponibles en el Palacio de la Música o en la página web www.sinfonicadeyucatan.com.mx.

Las secciones instrumentales de la OSY tocarán por separado Octeto del ruso Igor Stravinsky (1882-1971), el Concierto para 4 cornos del alemán Carl Heinrich Hübler (1822-1893) y La muerte y la doncella del austriaco Franz Schubert (1797-1828) con arreglo de Gustav Mahler.

Las presentaciones serán el viernes 19 y domingo 21 de abril, a las 20 y 12 horas, respectivamente, en el Palacio de la Música, donde aún hay boletos disponibles.

La OSY abrirá el VIII Programa de la Temporada XLI con la interpretación de “Octeto” del ruso Stravinsky, una innovadora partitura que combina cuatro instrumentos de viento-madera y cuatro de metal (flauta, clarinete, dos fagotes, trompeta en do, trompeta en la, trombón tenor y trombón bajo).

En la segunda pieza del programa, los ejecutantes del corno francés Juan José Pastor, Davide Fanchin, Edith Gruber y Daniel Espinosa, atrilistas de la OSY, unirán sus talentos para interpretar el Concierto para 4 cornos del alemán Hübleren sus tres tiempos contrastantes: allegro maestoso, andante y vivace.

En la parte final del programa, la OSY interpretará una versión para orquesta del Cuarteto No. 14 en re menor conocido como La muerte y la doncella de Schubert, cuyo tema es el de una joven moribunda, cuyas reacciones ante la fatalidad, componen el segundo movimiento y da nombre a toda la pieza.

Estrenado en Viena el 1 de febrero de 1828, pocos meses antes de la muerte de Schubert, el cuarteto se convirtió en una versión para orquesta de cuerdas gracias al compositor Gustav Mahler, quien respetó la estructura de la composición, por lo que no hubo añadidura, variación o modificación.