UMÁN, Yucatán, sábado 30/03/24.- A la cómplice del asesinato de Juan Antonio C.G., (a) Loco”, a Bertha Beatriz Solís Ku le regalaron una sanción ridícula, pues, aunque merecía de 30 a 40 años de cárcel, sólo le impusieron 10. UNA BAGATELA.

Como es costumbre, este regalo de Domingo de Resurrección fu cortesía de la juez de control Iliana Elizabeth Álvarez de la Cruz, de Umán, el paraíso de los delincuentes, a los que siempre benefician.

LA HABÍAN LIBERADO: Este caso estuvo plagado de irregularidades, pues, en primer lugar, el Tribunal Superior de Justicia revirtió al auto de no vinculación que dictó el juez de control de Umán de ese entonces, José Enrique Sáenz Dzul, que dejó libre a la mujer y a su pareja, después del homicidio de “El Loco”.

LA CONDENADA EXHIBE AL CORRUPTO JUEZ: La mujer, en lo que exhibió al juez que la dejó libre, ya sea por inepto o corrupto, confesó que junto con dos sujetos más golpearon y torturaron al “Loco” para tratar de obligarlo a firmar unos documentos para despojarlo de una propiedad.

INJUSTICIA: Luego que presionaron a los familiares del occiso, éstos aceptaron el procedimiento abreviado, por medio del cual se comete tremenda injusticia y se deja impune el delito.

También la amonestaron públicamente; le suspendieron sus derechos políticos; le negaron los beneficios sustitutivos de sanciones; le prohibieron acercarse a la denunciante en forma definitiva; la condenaron a la reparación de daño, y se le impuso una multa.

La pena por homicidio calificado se sanciona en Yucatán con 20 a 40 años de cárcel.

LA REAPREHENDEN: Por medio de una nueva orden de aprehensión detuvieron a Bety, pero a su cómplice Sein G.R. (a) “Chaparro”, al que el juez dejó libre porque supuestamente cuando comparecieron ante él no había sido identificada la víctima y había dudas sobre su identidad con las pruebas de ADN, ya que el cuerpo había sido quemado.

Luego de la reaprehensión, al juez Sáenz Dzul no le quedó de otra vincular a la mujer, le impuso la medida cautelar de prisión preventiva oficiosa y fijo un plazo de tres meses para el cierre de la investigación complementaria.

Lo anterior se logró porque el 10 de diciembre el Tribunal Superior de Justicia resolvió el recurso de apelación interpuesto por la Fiscalía en contra del auto de no vinculación a proceso, por el delito de homicidio calificado cometido en pandilla.

QUERÍA UN TERRENO Y ACABÓ EN EL PENAL: A la ambiciosa Bertha Beatriz, de 35 años de edad, y Sein, de 54 años, los acusaron de matar a Juan Antonio C.G. (a) “El Loco”, de 46 años, a quien sus familiares vieron por última vez con vida el sábado 21 de agosto de 2022.

El martes 24, la hermana del ‘Loco’, María Emilia denunció en el Ministerio Público la desaparición y el sábado 28 hallaron el cuerpo sin vida, en un rancho ubicado a cinco kilómetros de Hunucmá, localidad en la que tenía su casa.

Primero un sobrino le avisó que la puerta de la casa del hoy occiso (vivía solo) estaba abierta; en un cuarto de la vivienda había rastros de sangre.

Gracias a las cámaras de videovigilancia, los investigadores observaron que la noche del sábado 21, unas personas descendieron de un mototaxi amarillo y negro, entraron a la casa del ‘Loco’ y a los 15 minutos salieron con él; lo subieron al mototaxi y lo llevaron a la casa delos acusados.

Con esos y otros datos de prueba, y con entrevistas a testigos que identificaron a las personas y al mototaxi, lograron acreditar la probable responsabilidad de Berta y Sein, con base en lo cual se emitió una orden de aprehensión. Un tercer individuo está prófugo.

Los investigadores concluyeron que el 21, entre las 21 y las 22:30 horas, Sein y Bertha, junto con el prófugo, fueron a la casa de “El Loco”, ubicada en la calle 28 de la colonia San Juan, donde lo golpearon en el cráneo, lo subieron en el mototaxi y lo llevaron hasta la casa de ellos, ubicada en la colonia San Martín.

En la casa de Berta y Sein, golpearon más al ‘Loco’, en varias partes de su cuerpo, para obligarlo a firmar los papeles de una propiedad.

Debido a las lesiones, José Antonio murió por traumatismo craneofacial y en el mismo vehículo fueron a tirar su cuerpo en unos montes cercanos, donde lo envolvieron en una sábana y le prendieron fuego.