CIUDAD DE MÉXICO, jueves 06/07/2023.- En México, los infartos se han convertido en una alarmante realidad que afecta a miles de personas cada año. Las cifras oficiales revelan una situación preocupante que demanda atención inmediata y es que según datos del INEGI, de enero-junio del año 2022, las defunciones por enfermedades del corazón fueron la primera causa de muerte a nivel nacional, con 105 mil 864 casos.
De acuerdo con el Dr. Juan Verdejo, cardiólogo y Exdirector Médico en el Instituto Nacional de Cardiología, el infarto al miocardio y las enfermedades isquémicas se presentan comúnmente en personas mayores de 65 años, afectados a la mayoría de la población adulta de edad avanzada. Sin embargo, sorprendentemente, se han registrado casos de estas condiciones incluso en personas jóvenes, con edades comprendidas entre los 30 y los 35 años.
Pero, ¿cuáles son esas causas que incrementan los riesgos de sufrir un infarto? Según el especialista Verdejo, las más comunes son las siguientes:
Hipertensión arterial: el enemigo silencioso
La hipertensión arterial es una de las principales razones por las que los mexicanos sufren un infarto. La alta presión sanguínea ejerce una carga excesiva sobre el corazón, debilitándolo con el tiempo. Factores como el estrés, una mala alimentación y el sedentarismo contribuyen a la hipertensión. Es fundamental controlar la presión arterial y adoptar hábitos de vida saludables.
Obesidad y sobrepeso: un peso que afecta al corazón
La epidemia de obesidad y sobrepeso en México es alarmante y se relaciona con el riesgo de infarto. El exceso de grasa corporal aumenta la presión arterial, los niveles de colesterol y triglicéridos, así como la resistencia a la insulina. Adoptar una alimentación equilibrada y realizar actividad física periódica son medidas clave para prevenir enfermedades cardiovasculares.
Tabaquismo: un hábito mortal
El consumo de tabaco es una causa evitable de infartos. Los productos químicos presentes en el tabaco dañan las arterias, aumentando el riesgo de formación de coágulos y obstrucción del flujo sanguíneo. Además, el humo del tabaco afecta a las personas que lo inhalan de forma pasiva. Dejar de fumar es la mejor decisión para proteger el corazón y mejorar la calidad de vida.
Diabetes: el desafío de controlar el azúcar en la sangre
La diabetes es una enfermedad crónica que afecta la regulación del azúcar en la sangre. Los niveles altos de glucosa dañan los vasos sanguíneos y aumentan el riesgo de infarto. Mantener un control adecuado de la diabetes a través de la alimentación, la actividad física y la medicación es esencial para proteger el corazón.
Estrés y estilo de vida sedentario: aliados del infarto
El estrés crónico y un estilo de vida sedentario contribuyen a la aparición de enfermedades cardiovasculares, incluido el infarto. El estrés desencadena respuestas fisiológicas negativas, como el aumento de la presión arterial y la frecuencia cardíaca. Por otro lado, el sedentarismo debilita el corazón y favorece la acumulación de grasa en las arterias. Es crucial encontrar estrategias para manejar el estrés y promover la actividad física regular.
Al comprender las principales razones detrás de estos eventos cardiovasculares, como la hipertensión, el sobrepeso, el tabaquismo y el estrés, podemos tomar medidas preventivas y modificar nuestro estilo de vida para proteger nuestra salud. Sin embargo, es fundamental destacar la importancia de acudir con un especialista en cardiología, quien puede brindar un enfoque médico personalizado, realizar evaluaciones exhaustivas y proporcionar un plan de tratamiento adecuado.