MÉRIDA, Yucatán, domingo 26/03/23.- La continua, abundante y prolongada ingesta de alcohol ya le pasó factura a Francisco Torres Rivas, presidente estatal del PRI, quien no deja de hacer caballadas al frente del tricolor, mientras le ordenan que anuncie su salto a MORENA.

La más reciente es el enfrentamiento con sus diputados locales, que propusieron una iniciativa para dar más autonomía a la Uady, pero en un comunicado les pidió que la retiren.

Bien conocidas son las borracheras que se pone a diario “Panchito”, en privado, acompañado de sus achichincles y también en público. Muchos son testigos de que ha quedado como trapo en fiestas, como la que ofreció hace unos años el gobierno del estado, en el marco de la Semana de Yucatán en México.

Solo alguien que no está en sí le negaría la palabra a su secretaria general en una sesión del consejo político estatal; solo alguien con niveles de alcohol de más de 0.25 mg/L se pelearía con todos sus diputados en la anterior Legislatura, y solo alguien más ebrio que una cuba correría a la mitad de sus empleados para enfrentar millonarias demandas laborales.

Solo alguien con el hígado hecho trizas por el alcohol metería en la nómina del PRI a los empleados de su cenote. Solo alguien a un paso de Cottolengo no les daría gasolina a los pocos empleados que quedan en el PRI, porque se la gasta en su rancho.

Solo alguien que a diario agarra la jarra se le ocurriría la genial idea de hacer turismo electoral en Quintana Roo, a donde trasladó a más de 20 mil yucatecos para que voten a favor de Roberto Borge, pero solo alguien embrutecido por alcohol pensaría que no lo iban a denunciar.

Solo a un ebrio consuetudinario se le ocurriría vender las candidaturas a las alcaldías en el 2021, cuando el PRI tuvo histórica debacle en las presidencias municipales y en las diputaciones.
La cosa fue tan grave que los candidatos ni siquiera recibieron financiamiento para sus actividades de campaña. Hasta hoy se preguntan qué hizo Torres Rivas con tanto dinero.

Solo alguien con tanto alcohol en la sangre podría hacer semejantes caballadas, pero solo militantes sin sangre en las venas aguantarían tanto despapaye sin exigirle a su dirigente que se largue ya.

Por cierto, ¿qué dice a todo esto la dirigencia nacional? ¿O está tan metida en sus propios pleitos que no tiene tiempo para voltear a ver a los priistas de Yucatán?