ROMA, Italia, lunes 16/01/2023.- Murió a los 95 años la actriz italiana Gina Lollobrigida, musa indiscutible de la cinematografía italiana, y quien fue ingresada recientemente en una clínica de Roma tras sufrir una fractura de fémur en septiembre pasado.
Luigina Lollobrigida nació en Subiaco (centro) el 4 de julio de 1927 en el seno de una familia acomodada que perdió su patrimonio en la Segunda Guerra Mundial y en 1947, con 20 años, se mudó a la cercana Roma, donde comenzó a estudiar Bellas Artes.
Según explica en su biografía, ella era la “privilegiada” en una familia de “refugiados” que malvivía en una adusta habitación y comía “lo poco que lograba recoger”.
El trampolín al mundo del espectáculo se produjo a su llegada a la ciudad, cuando acabó en el escenario del certamen “Miss Roma”, en el que quedó segunda, y posteriormente fue invitada a la final de “Miss Italia”, en la que finalmente triunfó Lucía Bosé.
Una de las actrices más aplaudidas en Europa
Poco a poco la joven logró entrar en los estudios romanos de Cinecittà, interpretando pequeños papeles, y tres años más tarde recibió una oferta del millonario productor Howard Huges por la que tomó un avión para volar a Hollywood.
Sin embargo, tardó poco en arrepentirse, al darse cuenta de que solo podría trabajar en producciones de su mecenas, y decidió regresar a Roma para iniciar una carrera que la consagraría como una de las actrices más aplaudidas en Europa.
Sus primeros éxitos llegaron a las órdenes de Luigi Zampa, con cintas como “Campane a martello” (1949). En 1952 protagonizó junto al divo francés Gérard Philipe “Fanfán La Tulipe”, del realizador francés Christian-Jaque, una película premiada en Cannes y en Berlín, lo que le dio gran visibilidad en el continente.
Fue el comienzo de una trayectoria en la que, con su mirada profunda y su exuberante busto, interpretó más de 60 cintas, además de otras tantas piezas teatrales o papeles en series televisivas.
Todos los directores de los años 1950 la querían, pero fue Luigi Comencini quién la impulsó a su máximo esplendor en “Pane, amore e fantasia” (1953), con la que ganó su primer premio, el “Nastro d’Argento”, gracias a un recordado papel junto a Vittorio de Sica.
En aquella época trabajó en grandes producciones internacionales, como “Beat the Devil” (1953), con Humphrey Bogart; “Trapeze” (1956), con Tony Curtis, o “Notre-Dame de Paris” (1956), junto a un Anthony Quinn jorobado.
Uno de los grandes iconos de la “italianidad”
Quizá una de sus trabajos más emblemáticos sea la producción de título premonitorio “La donna più bella del mondo” (1956), junto a Vittorio Gassman, en la que incluso cantó fragmentos de la “Tosca” de Giacomo Puccini.
Asentada como uno de los grandes iconos de la “italianidad”, Lollobrigida fue poco a poco separándose del mundo del cine, en el que conquistó numerosos galardones, a excepción del Óscar.
De manera paralela, su vida privada siempre estuvo en el candelero, con los medios hurgando en sus relaciones y el manejo de su fortuna.