MÉRIDA, Yucatán, viernes 21/10/22.- La comparsa de Marcelo Sanguinetti Briceño, Jacarandoso I, el eterno Rey del Carnaval de Mérida hizo el último recorrido por las principales calles de la ciudad, a las que llenó con su alegría y majestuosos vestuarios en los últimos 40 años.

El cortejo fúnebre, que no tuvo nada de fúnebre, partió de la Funeraria del IMSS rumbo al Monumento a la Bandera, recorrió el Paseo de Montejo, llegó al Palacio de Gobierno y luego al municipal hasta llegar a San Juan, el mismo que durante tantos años recorrió acompañado de diversas generaciones de comparsas.

A sus 67 años de edad, Marcelo Sanguinetti murió este 19 de octubre en el Hospital Juárez del IMSS, al tercer día de estar intubado. No aguantó, le sobrevino un paro respiratorio, dejando un legado de alegría y amor por las tradiciones de Yucatán.

La gente de las calles aplaudía el paso de la comparsa de Jacarandoso, formada de un centenar de personas a bordo de 30 autos, motocicletas, tricitaxis y taxis que siguieron de San Juan hasta el barrio de San Sebastián, donde se detuvo unos 30 minutos.

Su gente lo recibió con voladores, la música alegre característica de sus comparsas cuando lo coronaron dos veces Rey del Carnaval de Mérida (1980 y 2000), bombas yucatecas, globos azules, de color plata, música y estandartes en honor a la Virgen de la Asunción.

“Fue una verdadera fiesta, como a él le hubiera gustado”, comentaron algunos vecinos que gritaban “¡Bomba!” mientras el maestro Humberto de Jesús Novelo Asencio, presidente de la Selección Jaranera de Yucatán, recitaba: “Marcelo Sanguinetti Briceño engalanó nuestros Carnavales, sus comparsas con empeño eran paisajes visuales”. “¡Bravo!”
“¡Bomba!”, “Cómo no recordar sus trajes voluminosos, una delicia al mirar al Rey Jacarandoso”. “¡Bravo!”.

EL CARNAVAL DE MERIDA YA NO SERÁ IGUAL
La partida de “Jacarandoso” deja un legado de alegría, por eso el Carnaval de Mérida ya no volverá a ser igual, consideró Novelo Asencio e hizo un recuento de la trayectoria del popular personaje, famoso por sus majestuosos trajes de Carnaval y por promover los Lunes de Traje Regional.

“Con su partida se sentirá un vacío enorme en nuestras tradiciones y costumbres; ya no volveremos a ver al panadero, al aguador o al barrendero, porque Jacarandoso personificó esos grandes elementos de la vida cotidiana de Mérida y sus contingentes eran los más hermosos”, indicó Humberto Novelo.

Su amigo, quien le puso el mote de Jacarandoso cuando era un jovencito delgadito, comentó que esto no es un funeral, sino que es un Carnaval en el que participan personas de la tercera edad que traían a sus hijas y a sus nietas a aprender a bailar jarana.

Una vez, Jacarandoso reunió a más de 1,600 bailadores y ponía en el Carnaval estampas representativas de la Tierra del Faisán y del Venado, porque lo hacía de corazón como maestro de folclore o danza.

En el Cementerio Xoclán hubo varios grupos de familiares, amigos y alumnos de baile, como Brendy Canul Tzuc, una jovencita que lo extraña: “fue mi maestro de folclore durante tres años y participé con él en el Carnaval de Mérida”, indicó.

“Estoy triste, porque Marcelo Sanguinetti Briceño era la alegría de Carnaval y a mí me encantaba participar”, aseguró Brendy Canul.

Por su parte, doña María Bernardina Euán Flores, quien lo acompañó en el último recorrido de Jacarandoso, informó que lo conoció desde la primaria.

“Tuve una relación muy bonita, como compañero, amigo, compadre, así como socio del Gremio La Esperanza del barrio de San Sebastián”, añadió.

La amiga de Primaria dijo que Jacarandoso se va feliz a su última morada en el Cementerio Xoclán donde fue cremado en medio de una multitud, pues cumplió su mayor anhelo: ser coreógrafo y bailarín, lo que desde niño lo soñaba.

A Marcelo Sanguinetti Briceño le sobreviven sus hermanos Rudy, Lucy y Carlos, así como varios sobrinos y un público generoso que siempre lo acompañó en sus coloridos desfiles.