MÉRIDA, Yucatán, domingo 24/07/22.- El biólogo marino mexicano Dawrin Pech Puch, cobijado por Universidades de España, Reino Unido, Alemania, Portugal y su país, ha descubierto que moléculas de esponjas halladas en las costas de la Península de Yucatán son potenciales fármacos para combatir el Alzheimer y Covid-19.

“Mi investigación se centra en la exploración y búsqueda de fármacos en diversas especies marinas y resultó que las moléculas también pueden ayudar a combatir células cancerígenas y bacterias multirresistentes que hay en hospitales”, revela el científico que estudia un posdoctorado en la Universidad Autónoma de Yucatán (UADY).

Aunque sólo tiene 30 años de edad, la Universidad de La Coruña, España, respalda sus proyectos de investigación, “ya que las moléculas que aislamos de varios tipos de esponjas también tienen poderes anti inflamatorias para tratar el Alzheimer y otras dos resultaron con potencia antivíricas capaces de combatir el Covid-19”.

México es un país rico en biodiversidad, “pero las costas de la Península de Yucatán tienen una peculiaridad: al estar rodeado de las aguas del Golfo y El Caribe, los organismos desarrollan habilidades y estrategias para sobrevivir”.

“De eso se trata esta investigación: de aprovechar esas adaptaciones de los organismos y darles un uso, en este caso, la búsqueda de nuevos fármacos”, señala el científico en biotecnología de origen maya.

Sobre las esponjas marinas, que son la fuente principal de su trabajo, explica que son organismos acuáticos primitivos, “que habitan desde hace millones de años en el ambiente marino y las hay también en ambientes dulceacuícolas”.

“Estos animales no tienen tejido se forman de conjuntos de células y habitan en diversas profundidades que van de cero a miles de metros”, dice.

También lamenta que no exista un catálogo para cuantificar a las especies de esponjas, “durante mi investigación en las costas de Yucatán, Quintana Roo y Belice trabajé con 65”.

Dawrin Pech Puch considera necesario diseñar un catálogo para conocer y cuantificar las esponjas, “con eso podríamos crear estrategias para conservarlas y estudiarlas más”.
El biólogo marino aprovecha las moléculas “que producen las esponjas de la región para su propia supervivencia y adaptación”.

“A veces usan sus moléculas para alimentarse, defenderse de los depredadores, competir entre ellas y poner su espacio en el ecosistema marino que es rico en la producción de fármacos”, explica.

Actualmente hay en el mercado nueve productos naturales marinos que se usan de manera directa en los medicamentos, como uno que se aisló de un cónido o molusco y se considera un fármaco 20 ó 50 veces más potente que la morfina.

Otro ejemplo que brinda es el de Pharmamar en España, que está en fase tres de un fármaco que servirá para tratar el Covid-19.

La línea de investigación química de Dawrin Pech Puch sobre productos marinos permite un enfoque desde el punto de vista de la taxonomía, es decir, cada una de las especies tiene sus propias moléculas y beneficios.

En Yucatán se estudian grupos de moluscos, cónidos y algas marinas, pero las esponjas son poco exploradas, “por eso decidí investigar sobre ellas en la zona de El Caribe y Golfo de México, Arrecife Alacranes, Cozumel y playas cercanas a Belice”.

Una vez que recolecta las esponjas se sigue un proceso químico que consiste en obtener los productos naturales que están dentro de las células de la especie marina.

“A partir de una mezcla de disolventes logramos romper las células y extraer los compuestos de interés y seguimos con un proceso de aislamiento utilizando herramientas cromatológicas que básicamente son estrategias de separación para aislar cada molécula”, dice.

En colaboración con el Instituto de Investigaciones Biomédicas y el Centro de Investigaciones Científicas, ambas de la Universidad de La Coruña, y la Fundación Medina de España, líder en el descubrimiento de fármacos a partir de productos naturales, el científico originario de Tixkokob, Yucatán, revela que pronto dará a conocer los resultados de la nueva fase de investigación referente al Alzheimer y el Covid-19.

En el proyecto también participan en Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (CONACYT), las Universidades de Sevilla, Alemania, Reino Unido y Portugal, “cada miembro del equipo forma un engranaje perfecto para desgranar la estructura molecular de las esponjas”.

Dawrin Pech Puch detalla a EFE que los resultados de los trabajos son óptimos y contundentes: “De 40 moléculas, 10 registran una actividad antibacteriana frente a cuatro bacterias multirresistentes, cuatro sobre adenovirus, cinco activas contra cinco tipos de cáncer y dos potentes fármacos contra el Coronavirus”.

“Actualmente estamos en la fase de sintetizar la molécula del producto natural marino y el siguiente paso es evaluar la actividad de fármaco frente al virus”, explica el joven, cuyos apellidos enaltecen a sus abuelos mayas.