MÉRIDA, Yucatán, miércoles 13/07/22.- Niños de ocho municipios plasmaron leyendas, personajes, formas, figuras y escenas de su entorno, en diversos murales colectivos en Dzán, Maní y Timucuy, como parte del taller “Arte y movimiento”, que se llevó al cabo a fin de impulsar el talento de este sector en el estado.

Sofía Yeudiel Kancab Castro, con 12 años de edad, resaltó la importancia de participar en el proyecto y comentó que “trabajar en el mural fue divertido y emocionante, porque se trata sobre la cultura; se puede ver a las señoras bordando, a los gremios, el palo de la corrida y a los señores bajando los cítricos, que es lo que hacemos aquí”.

En la presentación de la obra La cara de Dzán, en la concha acústica del lugar, la niña expresó que sus familiares están muy orgullosos de ella, pues “cuando escucharon que se iba a realizar un taller, me inscribieron, porque a mí siempre me gustó pintar, aprendí más sobre las sombras y todo eso”.

La iniciativa es parte del programa Alas y Raíces Yucatán 2022, que coordina la Secretaría de la Cultura y las Artes (Sedeculta), su titular, Loreto Villanueva Trujillo, inauguró cada una de las expresiones, elaboradas por personas de entre seis y 12 años, durante una gira de trabajo por las demarcaciones señaladas.

La funcionaria destacó la satisfacción que le causa ver lo que logran niñas y niños en los espacios de Cultura, donde se les da oportunidades para desarrollar talentos y “acercarse a diferentes manifestaciones del arte y disfrutarlas, además de ser un tiempo que fortalece su personalidad y que les ayuda a aprender más”.

Luego de felicitar a madres y padres por la confianza de llevar a sus hijas e hijos al taller, pues estas opciones son buenas para fortalecer su salud emocional, espiritual y física, así como su creatividad, agradeció la coordinación con las y los alcaldes de cada lugar, para llevar a cabo esta actividad.

Como parte del recorrido para apreciar los murales, las y los instructores Rodrigo de Jesús Leal Aguilar, Paulette González Yáñez y Houston Armando Ortegón Casanova, de Dzán, Maní y Timucuy, respectivamente, explicaron cada una de las pinturas.

Se observan, en la primera, bordadoras, agricultores, mujeres con estandartes y árboles de flamboyán; en la segunda, centrada en el elemento agua, el venado manik y el pájaro toh en tonos azules, y en la última, denominada Muumal y Tonatil, se aprecia la historia de dos jóvenes enamorados que, al morir uno de ellos, los dioses le conceden reencarnar en tortolita para que estén juntos de nuevo.

El programa se creó después del aislamiento por la pandemia, para brindar a la infancia espacios donde interactuar y conocer más a fondo su entorno, por lo que se diseñó un taller para la exploración de ambientes y materiales, en convivencia con sus semejantes.

Por medio del juego y una intervención en áreas públicas que propiciaron la reflexión crítica sobre la identidad, tradiciones y entorno, niñas y niños de Dzán, Maní, Timucuy, Teabo, Chumayel, Sucilá, Espita y Seyé, pudieron proponer y elaborar una pintura colectiva.

El proceso constó de ocho semanas; en las primeras cuatro, se les enseñó técnicas de dibujo, elementos, herramientas, la importancia del entorno, pintura, colores, matizado, trazado y bosquejo; en las restantes, plasmaron todo lo aprendido en los murales.