MÉRIDA, Yucatán, domingo 10/07/22.- El circo atraviesa tiempos difíciles en México y aunque comenzábamos a recuperarnos del golpe que suscitó la prohibición de animales en los espectáculos, la pandemia vino a acrecentar la crisis, dice Luis Gaspar Mejía Flores, propietario de Forever Circus.
“Por la pandemia del Coronavirus fuimos de los primeros negocios que cerraron y los últimos en abrir en el país y en Yucatán reiniciamos en marzo pasado, es decir, dos años exactos no tuvimos actividad en México”, agrega el payasito Pope Pope que cumplió un sueño de vida al crear su propio palacio de carpa.
Sin embargo, la esperanza lo abraza al vislumbrar un horizonte favorable: “en principio porque el público quiere salir y le sigue gustando el circo, donde la magia se vive como en ningún otro sitio”.
Además, los pequeños que visitan por primera vez un circo salen contentos, “ven un mundo diferente, ya que en ningún otro lugar se estimulan tanto los sentidos con los colores, aromas y sabores”.
La carpa sigue siendo mágica, “un imán para convocar a la familia y envolverlo en ese universo mágico y peculiar”.
Sin animales, dice que el circo tuvo que reinventarse, “ahora son temáticos y vamos hacia en meta”.
Esta temporada que Forever Circus emprendió en Yucatán y continuará por Quintana Roo, Campeche, Tabasco y otros sitios de México, ofrece un espectáculo totalmente tradicional, con acróbatas, payasos, bailarinas y artistas sorpresas.
Pronto reactivará la gira, “primero resolveremos las carencias ocasionadas por dos años de inactividad”, dice con pesar y enumera seguros de vehículos vencidos, baterías y llantas inservibles, “pero gracias a Dios la lona está bien”.
Pope Pope, quien hace muchos años ofrecía conferencias para profesionalizar a los payasos en el Sureste, recuerda que había unos 25 circos medianos y pequeños que recorrían ciudades y pueblos, “muchos emigraron a Estados Unidos, porque ahí, aún trabajan con animales”.
“A los cirqueros del vecino país les permiten trabajar con camellos, cebras, elefantes y tigres”, asegura.
Pope Pope revela que lleva 27 años de trayectoria y es feliz, pues cumplió un sueño: tener su propio circo y marcar la diferencia al impartir conferencias para payasos en Mérida.
“Doy gracias a Dios porque soy profeta en mi tierra, aunque soy Licenciado en Hotelería y me fue bien, nunca pensé en poner una Agencia de viajes, siempre quise tener un circo”, precisa.
Por su parte, el historiador y poeta mexicano Adolfo Camilo Góngora López señala que los circos están desapareciendo en México, “por la farsa que montó el Partido Verde Ecologista disfrazada de iniciativa que prohíbe el uso de animales en esos centros de diversión”.
“Por esa ley que se aprobó con el pretexto de maltrato a los animales, en los circos ya no vemos caballos, cebras, elefantes, monos, tigres de bengala ni perros”, explica.
Para el ex catedrático y escritor, “la pandemia no afectó tanto como esa prohibición que se registró en julio de 2015 cuando se modificó el Artículo 78 de la Ley General de Vida Silvestre en México”.
“En la actualidad los circos son un tema complejo porque están desapareciendo, antes en el Sureste de México llegaban grandes circos como el Atayde y ahora escucho que hay uno en Mérida, cuyo propietario es el payaso Pope Pope”, dice el historiador 71 años de edad.
También coincidió con Pope Pope en que varias carpas se fueron a Estados Unidos, “ahí el público disfruta la ´actuación´ de pequeños simios, tigres y otros animales que son la esencia del circo”.
UN ELENCO DE PRIMER NIVEL
El elenco del Forever Circus, que este 10 de julio terminará su temporada en la zona conocida como el maleón de Pensiones (atrás de Plaza Caanek) lo conforman los payasos Chifloncito Kanicatu y Tintini y Nandy Rodoger de Mazatlán que presume su habilidad con aros de colores que giran de acuerdo con el ritmo que marcan sus piernas, caderas, hombro y cabeza.
Los acróbatas mexicanos Angel Gutiérrez y Raymond Piller así como el equilibrista de manos Luis Vidal que dejan sin aliento cuando están en las alturas.
“Tenemos que estar en constante preparación y adoptar rígidas disciplinas para cautivar al público”, dice Angel, un joven acróbata enamorado del circo.
Los reyes del hogar aplauden con entusiasmo el espectáculo de Benny y Beto, así como las botargas que recrearon a los personajes de Encanto, cinta que narra la vida de una colombiana que se convierte en la guardiana de un lugar mágico.
“Del circo de Pope Pope me gusta todo, especialmente los trapecistas que me hicieron gritar cuando parecía que caían al vacío”, explica doña Lupita Garrido.
Sus hijos Mauricio y Kristel Ramírez estuvieron de acuerdo, pero agregaron que los payasitos fueron los mejores, “nos hicieron reír mucho con sus ocurrencias y uno presentó un espectáculo con un globo gigante que nunca habíamos visto en ningún otro circo”.